La docencia universitaria y su agenda pendiente

Escribe Luisina Montenegro

Tiempo de lectura: 3 minutos

El pasado martes 29 se convocó a asamblea ordinaria y extraordinaria de AGD UBA. La ordinaria discutió el balance y las memorias, mientras que la extraordinaria debía discutir un plan de lucha por el salario. Esto no ocurrió La dirección del gremio boicoteó cualquier resolución de lucha.

Memoria selectiva

En el debate de la asamblea ordinaria, señalamos nuestras diferencias con la paritaria 2019, notablemente embellecida en las memorias. Las mismas señalan que “cerramos una paritaria que tendrá el logro de poder llegar, en distintas etapas al mes de diciembre 2019 con el total del salario en blanco”. En cuanto a las cláusulas gatillo de septiembre 2019 y febrero 2020 señala que “nos diferencia del resto de los acuerdos paritarios y que nos permitirá en esas dos fechas igualar a la inflación”. Como demostraremos enseguida, esa afirmación no corresponde a la realidad. En cuanto a las rentas ad honorem conquistadas, el único logro parcial de esta paritaria, no se dice una sola palabra sobre la manipulación que realizó el rectorado y el consejo interuniversitario, imponiendo los criterios de distribución y confiscando 240 rentas para repartir a gusto.

Pero lo más grave de estas memorias es que atribuyen la firma de una paritaria de 16% en 3 cuotas a la desmoralización de los docentes universitarios, por la traición de las burocracias de CONADU y FEDUN en la lucha del 2018. “muchos docentes que se habían sumado con entusiasmo a la huelga 2018, planteaban si valía la pena volver a desarrollar la huelga”, dicen las memorias. La fracción oficial del PO proyecta su propia desmoralización a la docencia universitaria. Esta “memoria” mereció la abstención de 22 compañeros, entre ellos, los que militamos en la Tendencia del PO. No faltaron los reproches sobre la “desviación” que representaría abstenerse de las memorias de un sindicato clasista, una lógica típica de un aparato “homogéneo” que ve en la crítica y la delimitación política un ataque a sus propios intereses. Reclamar un voto acrítico a las posiciones de la conducción del gremio no tiene nada que ver con el clasismo.

Ad honorem

Pocos minutos después, el breve desarrollo de la asamblea ordinaria nos daría la razón. En relación a los ad honorem, la secretaria general sólo propuso continuar negociaciones con el rectorado, porque no hay “clima de lucha”. Pero cuando una compañera de la comisión de ad honorem de sociales propuso una movilización del gremio al rectorado para reclamar la inmediata asignación de 240 rentas, rechazaron la propuesta.

La confianza en el rectorado y sus tratativas es lo que nos ha llevado al impasse en este punto. Es necesario mantener el estado de movilización y alerta hasta lograr que las rentas sean asignadas según el criterio de antigüedad y sin ningún tipo de discriminación o represalias para con los activistas, como sucede en Medicina.

La lucha por el salario

La dirección de AGD dice que la docencia no quiere luchar. Pero quien promueve el planchazo es ella misma, cuando dice que el pasado acuerdo paritario “igualó a la inflación”. En 2018 el salario docente aumentó en un 36%, contra una inflación del 47%. La inflación acumulada a septiembre de 2019 es del 37,7% mientras que el salario docente lleva un 27% de aumento en lo que va del año. Es decir que llevamos al menos 25% de pérdida salarial con respecto a la inflación. Es absolutamente falso que la cláusula gatillo empató a la inflación de abril a septiembre, en primer lugar, porque el 7,19% empieza a correr desde octubre y en segundo lugar porque solo la inflación de septiembre y octubre (que se calcula alrededor de un 4% mensual) ya supera esa cifra. La próxima cláusula gatillo se aplicará recién en febrero de 2020, demasiado tarde para el bolsillo de los docentes.

La cuestión del salario fue apenas discutida en la asamblea. Desde la Tendencia del PO, planteamos que no basta con reclamar un adelantamiento de la cláusula gatillo y un bono de 5000 pesos –como lo hace la CONADUH- sino que además necesitamos un aumento de emergencia del 25%. Como muchos compañeros ya se habían retirado, propusimos una nueva asamblea para la semana próxima por el tema salarial. La dirección naranja del gremio votó en contra, propusieron que la mesa ejecutiva resuelva si es conveniente o no una nueva asamblea y también rechazaron incluir en el pliego un 25% de emergencia.

No es la docencia universitaria la que está planchada, sino la dirección del gremio. La comisión interna del colegio nacional Buenos Aires viene de realizar un paro muy exitoso con más del 80% de acatamiento contra la discriminación salarial, obteniendo algunos compromisos por parte de las autoridades. La propia situación política y social indica que los choques entre el gobierno que asume y los trabajadores son inevitables. Es necesario profundizar la deliberación en la docencia universitaria, y agrupar fuerzas en pos de una orientación de lucha.

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