Escribe Julio Gudiño
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La patronal de Pirelli está promoviendo una reforma laboral de facto en su planta ubicada en la zona oeste del Gran Buenos Aires. Allí, en el marco de despidos masivos y suspensiones arbitrarias de la producción, la gerencia de Pirelli implementa modificaciones estructurales en el modo de organizar el proceso productivo y en el uso de la fuerza de trabajo. Concretamente, en el sector de control final la empresa modificó la operatoria de las máquinas D70 y Akrodyne que antes eran operadas por tres trabajadores y ahora una “nueva” máquina (unificación de la D70 y Akrodyne) es operada por un solo trabajador que debe atender varias máquinas al mismo tiempo en una línea de producción más extensa. Estas modificaciones estructurales mantienen los niveles de producción y, al mismo tiempo, sobrecargan de tareas al trabajador que opera una “máquina unificada”. Todos estos cambios redundan en una intensificación del uso de la fuerza de trabajo. Este avance de la superexplotación provocó airadas protestas de los trabajadores y debates con los pocos delegados que quedan en planta.
La ofensiva de Pirelli se produce en un contexto particular de la situación del gremio y de la fábrica. A nivel nacional, las patronales en su conjunto arremetieron contra los puestos de trabajo y el salario en forma brutal. En menos de 2 años las patronales despidieron la mitad de toda la fuerza de trabajo de la industria y mantienen los salarios congelados desde hace 1 año cuando la inflación acumulada en los últimos 12 meses ronda el 30 %. Esta avanzada de la patronal pretendió ser enfrentada por la dirección del SUTNA con paros aislados y actos. Respecto a Pirelli, la patronal despidió a la mitad de su personal y avanza con suspensiones arbitrarias de la producción para dividir al colectivo de trabajadores que se encuentran sin dirección gremial seccional debido a que en las elecciones recientes hubo un empate entre la lista Negra y la Multicolor. Quien ocupa actualmente la seccional, la lista Negra, tiene su mandato vencido y hasta el momento no dio fecha de balotaje para superar este impasse. Por otro lado, el Cuerpo de Delegados está literalmente desintegrado, porque renunciaron, en el último año y medio, 2/3 de los delegados (en su mayoría de la lista Negra). En consecuencia, los trabajadores de base no cuentan con delegados en todos los grupos de trabajo y la patronal avanza con la multitarea y la flexibilidad laboral.
Está planteada la convocatoria a una asamblea general de fábrica para que los trabajadores y las agrupaciones sindicales de lucha ofrezcan un programa de reivindicaciones económicas y políticas para frenar los intentos de flexibilización de la patronal, la liquidación del salario y del empleo y ofrecer una salida política al impasse que atraviesa la seccional.
