Docentes de Catamarca: masiva abstención y rechazo de las elecciones fraudulentas en ATECa

Escribe Bruno Corzo

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Las elecciones del 28 de noviembre en ATECa se desarrollaron bajo un manto de irregularidades, proscripción y maniobras destinadas a impedir la participación democrática de cientos de docentes afiliados. Con un padrón aproximado de 4.100 trabajadores, la Junta Electoral declaró oficialmente una participación de apenas 1.536 votantes, lo que confirma que más del 60% de la docencia decidió no convalidar un proceso completamente viciado. Aun así, el aparato sindical declaró que el 93% de esos votos fueron para la lista oficialista y apenas un 7% votos en blanco. Este resultado revela la profundidad del repudio contra una conducción que se reelige sola y no representa a nadie más que a sí misma y a los intereses del gobierno provincial.

Las condiciones que llevaron a este escenario no son un accidente ni un episodio aislado, sino el resultado de una política deliberada de la conducción Celeste-Violeta y del gobierno por desactivar el proceso de organización independiente que la docencia construyó durante este año. Un punto central de este operativo fue la adulteración del Estatuto de ATECa, modificada “entre gallos y medianoche”, endureciendo los requisitos para la presentación de listas opositoras, pero flexibilizando la inclusión de trabajadores retirados en la Comisión Directiva para asegurar la continuidad de sus principales dirigentes. Esto no solo revela que buena parte de la burocracia ya pertenece al sector pasivo, sino que busca perpetuarse más allá de su ciclo laboral, cerrando filas y clausurar cualquier posibilidad de recambio.

La proscripción de la Lista Magenta Verde se inscribe en ese cuadro. Pese a cumplir con todos los requisitos, la Junta Electoral actuó con mala fe y aplicó criterios discrecionales para rechazar la participación de más de 300 docentes que conformaron la única lista opositora provincial. Ante ese atropello, la Lista interpuso un amparo sindical, hoy contenido en la Cámara Federal de Tucumán. Sin embargo, la dilación en el seno del Poder Judicial provocó que, llegada la fecha del acto electoral, la medida cautelar aún no había sido resuelta.

Este proceso electoral debe leerse a la luz de un año excepcional en la movilización docente. La irrupción masiva del 24 de mayo, que paralizó la provincia y obligó al gobierno a retroceder, expresó la indignación y el hartazgo frente al deterioro de las condiciones laborales, del salario de pobreza, y la voluntad de un sector creciente de trabajadores de actuar por fuera de las estructuras burocráticas. Esa jornada abrió un ciclo de autoconvocatorias, coordinaciones y movilización genuina que puso en jaque al gobierno y a la dirigencia sindical. Por eso, las elecciones de ATECa no pueden analizarse como un hecho aislado, sino como parte del intento sistemático de desactivar esa fuerza docente y de las autoconvocatorias en general.

En ese marco, la sola conformación de la Lista Magenta Verde fue un paso estratégico para la estructuración de una vanguardia docente organizada a escala provincial. La tarea de reunir más de 300 afiliados en todo el territorio, coordinar escuelas y departamentos, y presentar una alternativa real a la conducción burocrática del sindicato representó, ya en sí misma, una conquista política. La formación de la lista Magenta Verde consistió en una labor fundamental que incluyó el debate por un programa de recuperación sindical, reorganización democrática y lucha por salario y defensa de conquistas históricas. Que esa alternativa haya sido proscripta es una derrota circunstancial, pero confirma que la burocracia percibe como una amenaza el avance de la docencia movilizada. Por esa razón recurrió a todo tipo de maniobras.

El resultado del comicio, presentado como un triunfo del oficialismo, se sostiene únicamente sobre la base de la manipulación estructural del proceso. El 60% de abstención expresa un repudio directo a la conducción y a su complicidad con las políticas del gobierno: salarios miserables, falta de paritarias reales, jornadas laborales extendidas, reformas educativas regresivas y un ajuste que golpea a cada escuela de la provincia. Todo esto ocurre mientras el gobierno impone la implementación de la jornada completa sin infraestructura y sin salario, una medida que solo se explica por la política de desmantelamiento y la precarización del trabajo docente.

El fraude consumado en estas elecciones muestra el vínculo estratégico entre el gobierno y la burocracia sindical para disciplinar a la docencia y avanzar en la aplicación de sus planes de ajuste educativo y laboral. Pero también deja una conclusión política fundamental: la docencia autoconvocada y movilizada tiene la fuerza y la capacidad de avanzar en la defensa de sus interesas y la recuperación de sus herramientas históricas. La abstención masiva y el voto en blanco, aunque no hayan podido ser fiscalizados, son un mensaje claro: la conducción no tiene legitimidad y el proceso electoral careció de todo sustento democrático.

Asimismo, el desarrollo del acto electoral estuvo marcado por amenazas y hostigamientos de la conducción Celeste Violeta contra afiliados que exigían transparencia, particularmente contra docentes de la Lista Magenta Verde, quienes fueron blanco directo del aparato burocrático. A ello se suma una irregularidad flagrante: en numerosas mesas, los propios referentes de la lista oficialista actuaron como autoridades de mesa, una incompatibilidad absoluta que viola cualquier estándar democrático y constituye motivo suficiente de impugnación. Diversos docentes que pudieron observar parcialmente el proceso constataron que en seccionales con alrededor de 400 afiliados apenas votaron unas 30 personas, mientras los registros eran manipulados y ocultados deliberadamente a quienes reclamaban verlos, reforzando la sospecha generalizada de fraude y manipulación de la voluntad de la docencia

La batalla judicial continuará, pero la lucha principal seguirá estando en las escuelas, en las asambleas y en la organización autoconvocada. Frente a un gobierno que profundiza el ajuste y a una burocracia que actúa como su garante, la única salida es fortalecer la organización independiente, la coordinación y la lucha unificada en toda la provincia.

Lo que aconteció este año no se ha clausurado. La docencia catamarqueña ya demostró que puede irrumpir y torcer el brazo del poder. Lo volverá a hacer.

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Catamarca: la lucha de la Lista Magenta-Verde contra la proscripción en ATECa Por Bruno Corzo, 14/09/2025.

Revista EDM