Micro Ómnibus Quilmes SA: asamblea de choferes desbarata maniobra de la patronal

Escriben Oscar Aguirrezabala y Sergio Salgado

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Tal como señalamos en estas páginas, MOQSA (Micro Ómnibus Quilmes SA) picó en punta en concretar la amenaza de la cámara patronal del transporte de colectivos de pagar en forma desdoblada los sueldos de noviembre a los colectiveros, como ariete de extorsión para arrancar de los gobiernos nacional y provincial un aumento de los subsidios al transporte y el monto del boleto.

Tal como sucedió con los salarios del mes de octubre, la patronal de MOQSA no depositó de manera íntegra los salarios del mes de noviembre. Los choferes iniciaron a las 00.00 horas del viernes 5 una retención de tareas. La UTA declaró su “solidaridad con los choferes de todas las empresas que enfrentaran la situación del no pago o pago desdoblado” y afirmó que acompañaría las medidas que resolvieran. Sin embargo, no ha declarado ningún paro general de solidaridad en el AMBA.

Desde un punto de vista práctico, la retención de tareas implica la paralización del servicio, mientras que los choferes cumplen su horario laboral en cabeceras, bases y garajes de las empresas, pero sin mover las unidades a la calle. El viernes 5, la patronal de MOQSA convocó al Cuerpo de Delegados a una reunión donde les propuso depositar y abonar $800.000 a cuenta, excluyendo a dos secciones, y abonar la segunda cuota del salario el martes 9. En la línea 500, propiedad de la misma MOQSA, la oferta fue de $950.000, y los choferes de esa línea, “ablandados” por la patronal, aceptaron y salieron a prestar servicio. Una segunda variante que ofreció la patronal a los 1.047 choferes que trabajan bajo su órbita, era abonar el 100% del salario exclusivamente a los choferes que carnerearan la medida de lucha. La indignación ganó a la masa de los choferes. Reunidos en asamblea en el playón del garaje de Av. 14 y Camino General Belgrano, resolvieron sostener la retención de tareas hasta que todos, incluidas las dos secciones que pretendía marginar la empresa, cobraran de manera íntegra el salario, votándolo al grito de “todo o nada”. Esta decisión la sostendrían más allá del hecho de si la patronal concretaba el pago de la primera cuota del salario en los términos que formuló.

La patronal de MOQSA está cebada, porque no sólo se trata de que desde hace un año y medio arrastra esta práctica, que aplicó en tres oportunidades en lo que va del 2025, tanto en MOQSA, como también con los de la San Juan Bautista y El Nuevo Halcón-148 y la línea 22, del mismo grupo empresario, sino, que además hace lo mismo con el pago de los viáticos (un adicional no remunerativo), y está acumulando una deuda con la obra social de los choferes que ya lleva 8 meses. A esto hay que sumar que el Estado no ha restituido la carga patronal previsional a los niveles previos a la pandemia de covid 19, un “beneficio” otorgado por el gobierno de los Fernández.

Mientras los choferes resolvían mantenerse firmes durante todo el fin de semana largo en lucha por el pago íntegro de sus salarios, las patronales usaron como voceras de sus apetencias a una “accionista minoritaria” de MOQSA y a la hija de otro accionista “ex chofer propietario, que, aunque jubilado sigue trabajando”, que recorrieron los medios para agitar que el Estado aumente los subsidios, y boleto a $2.000 en el AMBA, “porque el boleto estaría barato”; y hasta se quejó de que la AAET (la cámara patronal) le “habría soltado la mano a MOQSA”, ya que el grueso de las líneas, fundamentalmente las agrupadas en los Grupos DOTA, METROPOL y PLAZA, pagaron finalmente los salarios a término.

Si la patronal de MOQSA completa el pago de los salarios, y los choferes levantan la retención de tareas, seguirá pendiente el tema de los viáticos, el aguinaldo -”hasta en 6 cómodas cuotas”-, el vaciamiento de la obra social, de la caja jubilatoria y el apremiante problema de la miseria salarial, con un básico-inicial que está planchado en $1.400.000. Entre los choferes de numerosas líneas ha comenzado a circular con fuerza la consigna de un salario inicial en $2.500.000. La burocracia sindical de la UTA es un agente de la reforma laboral mileísta, en sus dos fracciones – Roberto Fernández y la de Bustundy.

La UTA pugna por el interés de las patronales del transporte, ya que la AAET pretende que los gobiernos de PBA y de Nación equiparen los subsidios que reciben las patronales del transporte que operan exclusivamente dentro de CABA ($17.000.000 versus $21.000.000 por mes por colectivo). Mientras tanto, la UTA difiere el reclamo de reapertura de paritarias y las firma a la baja, en los términos de Milei-Caputo.

Se impone desarrollar el método clasista en el gremio, recuperando las autoconvocatorias, como lo han hecho los choferes de MOQSA, y la elaboración de un programa y un planteo estratégico que debe levantar el proletariado del transporte: apertura de los libros contables de las empresas, esclarecer el costo operativo real para un precio real del boleto, acabar con la burguesía parasitaria y ‘planera’ del transporte, estatización del sistema de transporte sin indemnización y con control de los trabajadores y usuarios, jornada laboral de 6 horas por insalubridad, salario inicial que cubra la canasta familiar, defensa de la edad de retiro jubilatorio a los 55 años, rechazo a la reforma laboral, y cualquier variante de precarización y flexibilidad laborales.

Revista EDM