El “Fondo de Asistencia Laboral” financiará los despidos con los aportes a las jubilaciones

Escribe Pablo Busch

La reforma laboral fascista incluye un negocio financiero.

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Las patronales no han demostrado interés en el Fondo de Cese Laboral que el Gobierno de Milei impulsó en la Ley Bases (27.742), porque les representa un pago adicional todos los meses en concepto de indemnizaciones futuras. El fracaso del Fondo de Cese abrió paso a la creación, incluida en la reforma laboral, del FAL, un Fondo de Asistencia Laboral de pago obligatorio para las empresas equivalente al 3 % del salario de cada trabajador.

Indemnizaciones gratis

Este fondo comenzará a tener vigencia después del segundo mes de aprobada la ley, para empleadores del sector privado y también del Régimen del Trabajo Agrario. Solo cubre relaciones laborales registradas con al menos 12 meses de antigüedad, excluyendo a los trabajadores no registrados. Funcionará como un “seguro” para pagar indemnizaciones.

El argumento que esgrimen los voceros del Gobierno es que más de la mitad de los despedidos en los últimos dos años no ha cobrado su indemnización. Pero quien habilitó esa estafa fue el propio Gobierno, concediendo Procedimientos Preventivos de Crisis (PPC) a diestra y siniestra y avalando el incumplimiento de la ley por parte de las patronales. Ahora pretende dar soluciones a las patronales para que tengan recursos disponibles para despedir, a costa de las jubilaciones. ¿No era una ley para crear empleo?

El gobierno del 3 %

En compensación, la Ley de Reforma Laboral reduce en un 3 % los aportes patronales al SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino). Es decir que las empresas pagarán las indemnizaciones con dinero del propio trabajador destinado a su aporte previsional. Desde las oficinas del Gobierno se buscaba publicitar que la reforma laboral tenía por objetivo un aumento de las jubilaciones, una vez blanqueados los millones de trabajadores que hoy están en negro. Pues bien, la reforma laboral arranca pasando la motosierra sobre la recaudación de las jubilaciones, en beneficio de las patronales.

Cada empleador debe crear una cuenta por cada trabajador con patrimonio separado, específica e inembargable, y deberá estar administrada por entidades habilitadas por la Comisión Nacional de Valores (CNV). Esto representa una enorme inyección de dinero mensual en el sistema financiero, que será administrada por bancos y operadoras de mercado. Según Ámbito, “el Gobierno se entusiasma con que estos fondos se conviertan en una punta de lanza para darle mayor profundidad al mercado de capitales”.

Subsidio al capital

El FAL es un robo a las jubilaciones, una gigantesca transferencia de recursos de la clase obrera al capital, administrada por el mercado financiero. Su costo fiscal equivale al 0,5 % del PBI, más de US$ 3000 millones al año según Ámbito.

En el caso de que el empleador reúna los aportes suficientes para pagar todas las indemnizaciones de los trabajadores, podrá suspender las contribuciones y, en caso de que el establecimiento cierre o se discontinúe, los fondos en vez de volver al Sistema de Seguridad Social serán destinados a una cuenta en nombre del empleador.

Es decir que, si no se utiliza la rebaja de los aportes para las indemnizaciones, el dinero recaudado, desviado de los aportes previsionales, volverá... al capitalista, ni siquiera al bolsillo del trabajador.

Revista EDM