Escribe Iñaki Aldasoro
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La lucha de los delegados autoconvocados de Ledesma ya lleva más de 40 días con una carpa instalada a la vera del portón de ingreso a la planta, en reclamo contra los despidos y por la reincorporación de los obreros.
En esta lucha los delegados se han organizado contra la patronal que impuso más de 300 despidos en el año, contra la comisión directiva del gremio, que los ha dejado pasar sin llamar a ninguna medida de fuerza; y contra el Estado, que no ha tomado ninguna medida -ni siquiera provisional- para evaluar los motivos de semejante pérdida de puestos de trabajo.
La empresa asegura que busca “dotar de mayor competitividad a la empresa en un escenario complejo en el plano local e internacional donde los costos subieron mientras que el precio del azúcar en góndola bajó” (Infobae, 25/2).
En realidad, la empresa sigue diversificando su producción hacia nuevos negocios, por lo que el azúcar va perdiendo centralidad en el emporio de los Blaquier. Hoy la empresa produce también papel y derivados de la celulosa de caña, bioetanol, cítricos, carnes y cereales; tiene autonomía energética a través de la biomasa y ahora ha realizado una fuerte inversión en granjas porcinas con la expectativa de un acuerdo con China. Ledesma ya desembolsó 35 millones de dólares por el 85% del frigorífico Cabañas Argentinas, con una capacidad de procesamiento de 40.000 capones por mes (El productor porcino, 24/7). Los Blaquier se han fusionado con otras empresas porcinas y han creado el consorcio 5L, que busca comercializar con mayor volumen en China (La Nación, 21/5).
Como vemos, lejos de una crisis de producción, Ledesma está invirtiendo y diversificando, pero esto es lo que augura nuevos despidos en el ingenio. La diversificación de la producción de Ledesma pretende ser sostenida por la reducción del personal del ingenio, cosa que hay que rechazar en defensa de todos los puestos de trabajo.
En este cuadro de ataques de la patronal a los obreros, la comisión directiva del SOEAIL no ha realizado el llamado a elecciones para renovar el cuerpo de delegados. No lo ha hecho a pesar de que ya se han vencido los plazos y de haber sido intimada por los propios obreros para que la convoque.
La negativa a realizar la elección de delegados del sindicato se debe al pavor que le genera a la actual comisión directiva la alta probabilidad de una gran intervención de los trabajadores que renueve su conducción, aun en un cuadro de persecución patronal. Una directiva que ha dejado pasar más de 300 despidos sin reaccionar claramente le teme a ser barrida por un cuerpo de delegados combativo.
Este año el secretario general del gremio Luciano Lezano logró “zafar” en una asamblea obrera que pedía la revocación de su cargo denunciando un desfalco de la anterior gestión con la obra social.
El mismo Lezano ha participado recientemente de una reunión de la CTA, condenando la reforma laboral, pero en Ledesma ya se aplica de hecho sin que el gremio haya reaccionado.
Tenemos que reforzar una campaña por la elección de delegados, con un planteo de asambleas por sector para elegir a sus representantes.
Los delegados autoconvocados van a participar este 18 de diciembre de la marcha contra la reforma laboral en una columna independiente y con sus propios planteos: contra los despidos y por la reincorporación de todos los obreros.
