Escribe Martín Temperley
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La reunión paritaria del Convenio Colectivo de Trabajo General de la Administración Pública Nacional, que rige para los 187.000 trabajadores de los Ministerios y Organismos públicos nacionales, quedó congelada sin aumento salarial. El 29 de mayo pasado, en una serie de actas firmadas entre el Estado Nacional como empleador y las representaciones de UPCN y ATE acordaron un “cuarto intermedio” sin tratar aumento salarial alguno para las y los trabajadores estatales. Este acuerdo es referencia y condiciona las propias paritarias de los otros entes (como PAMI o AFIP), las empresas y los medios públicos de comunicación.
A pesar de que, según medios periodísticos, la Secretaria de Gestión y Empleo Público, Ana Castellani, había esbozado que este año habría paritarias para el sector público e incluso habló de un “bono extraordinario” para los sueldos más bajos, en los hechos los trabajadores estatales seguimos postergados por el gobierno nacional.
De las actas de la Comisión Negociadora podemos decir que nada se habló con relación a la brutal pérdida salarial que venimos sufriendo los estatales hace años, ni a la necesidad urgente de un aumento que exigen nuestros ajustados bolsillos. Tampoco hablaron de cómo estamos atravesando la pandemia con condiciones de trabajo presencial y teletrabajo paupérrimas. Por el contrario, en dicha instancia se ha congelado el salario y el presentismo en el marco de una feroz inflación. Mientras el resto de las actas se refieren a licencias, franquicias y condiciones de convenio que mayormente ya estaban en vigencia.
Los sindicatos UPCN y ATE han pasado a un “cuarto intermedio” sin aumento mientras sacan comunicados para la tribuna donde exigen y reclaman por salario. Ya habían entregado las revisiones de la paritaria 2019, que debían tener lugar en noviembre y marzo últimos. Antes, habían aceptado un pacto que condicionó nuestros salarios, así como los de los jubilados, al acuerdo y pago de la deuda externa. A cambio, solo cobramos una suma fija de $ 3.320 aquellos trabajadores que no llegamos a $49.800 de bolsillo. Nada de esto llevó a los gremios a convocar asambleas. El carácter de burocracia de estos dirigentes se acentúa con la firma de acuerdos sin mandato alguno de sus representados, ni siquiera una consulta a los delegados, nada. Claramente, anteponen sus intereses del grupo de dirigentes, su adhesión política al aparato de gobierno y sus prebendas tejidas desde hace años, antes que las necesidades de las y los trabajadores del Estado.
Hasta el momento la mayoría las Juntas Internas independientes de ATE solo han expresado su desacuerdo con el congelamiento salarial, limitando la crítica al empleador y sobrevalorando el resto de lo acordado como “avances”, sin que surjan iniciativas de organización. Distinto ha sido el comunicado de ATE INTI que han convocado a las juntas de delegados, a trabajadores y activistas a discutir un plan de lucha por todas nuestras reivindicaciones. Llamamos a tomar esa iniciativa como punto de apoyo y construir una coordinación de todo el activismo del Estado Nacional para enfrentar el ajuste de nuestro salario y defender nuestras condiciones de trabajo y de vida, necesitamos superar la entrega de las conducciones sindicales.
Ejemplo aparte es el del sindicato específico de Radio Nacional (ATRANA), que ha defendido un protocolo que resguarda la salud y ha puesto en pie el reclamo de aumento de salario por medio de asambleas y la coordinación con los demás sindicatos de la radio.. Es la muestra de que podemos dar una lucha independiente y democrática por nuestros reclamos.
Los trabajadores debemos tomar nota de esta realidad, superar la incapacidad de las direcciones sindicales y volver a hacer de los sindicatos una herramienta de lucha y un canal de reclamos. Pongamos en pie un movimiento por un salario mínimo para todos los escalafones del Estado que cubra la canasta familiar, hoy en $ 67.731 según ATE INDEC, y aumento según la inflación. Debemos terminar con toda precarización y pasar a la planta permanente. Necesitamos defender a los trabajadores esenciales durante la pandemia, principalmente a los de hospitales nacionales y organismos de la salud, con protocolos bajo control de los trabajadores y el reconocimiento salarial.
Nos ponemos en campaña para deliberar en asambleas y resolver en cada lugar de trabajo con este programa como punto de partida.