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Un mes después del 18 de mayo, cuando la dirección de la AGTSyP emitió un comunicado rechazando “el reciente acuerdo entre empresarios y un sector de la CGT que habilita las suspensiones y la rebaja de sueldos”, ese “acuerdo marco” rechazado en las palabras llegó al Subte.
La UTA lo efectivizó de hecho en un acta donde se establece que la empresa pagará normalmente solo el 60% del salario y el otro 40% lo pagará en forma no remunerativa, una práctica de las patronales que, por reiterada, está llevando al vaciamiento absoluto de los fondos jubilatorios del ANSES.
El acta además establece que el compromiso de no despidos ni suspensiones solo tiene alcance por un plazo de 90 días y establece un pago de 400 pesos de “viático” donde se deja afuera del beneficio a los trabajadores privados de trabajar por ser factores de riesgo en una abierta discriminación y rebaja salarial.
La dirección del Subte fue prisionera de sus propias afirmaciones, pues una vez establecida el acta que rápidamente se homologó, decidió armar un plenario de delegados donde tiene mayoría y no tomar medidas de fuerza alguna y recurrir a la justicia, mostrando que su comunicado de mayo era solo palabrerío.
Sin embargo hay sobradas razones para salir a luchar no solo contra este acuerdo de la UTA sino porque la burocracia no incluyó las reivindicaciones pendientes del bono que se adeuda, la reapertura de las paritarias -ultra necesaria frente a la galopante inflación- y un aspecto fundamental que es la defensa de un protocolo obrero en el Subte, pues lo que ahora hay en materia de seguridad frente a la pandemia esta dictado por una patronal que no le reconoce a la directiva ni la formación de un comité mixto de seguridad e higiene en un olímpico desprecio por la organización gremial mayoritaria en el Subte. Tiene entonces mucho valor ante el acta de la UTA y la parálisis de la dirección de la AGTSYP los planteos formulados en la asamblea del Taller Rancagua. Que en sus considerandos dice:
Los compañeros de Rancagua sorteando la pandemia apelaron a una asamblea por teleconferencia hacer votar la voluntad de sus compañeros, algo que la directiva debería imitar para conocer en profundidad la posición de los trabajadores del Subte frente a todos estos atropellos. Si la directiva decide ir a la justicia, se deben replicar asambleas en todos los sectores como en Rancagua para diferenciar claramente las palabras de los hechos.