Covid en Lomas de Zamora: muere otra enfermera en el Hospital Gandulfo

Escribe Marina Balbastro

Sus compañeros apuntan al Director y a la Jefa de Enfermería.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde el lunes a la madrugada los compañeros de trabajo del Hospital Gandulfo y toda la comunidad de Lomas de Zamora debe lamentar otra muerte de una enfermera en actividad.

Lucila Núñez tenía 56 años y se desempeñaba en el área de cuidados intensivos. Sus compañeros de trabajo denuncian a la jefa de enfermería (Miriam Castelló) y al Director ejecutivo del Hospital (Sr Guerrero) por haber hecho caso omiso a los pedidos formales que presentaron en el mes de abril para que la compañera fuera cambiada de sector, dado que tenía complicaciones de salud preexistentes y querían evitar que se contagie. Finalmente sucedió lo que venía anticipando, se contagió, lo que terminó por deteriorar su salud y provocar su deceso. Sus compañeros incluso tuvieron que juntar dinero para poder comprarle una cánula de traqueotomía que la dirección le negó.

A principios de junio, María Esther Ledesma, del Hospital Gandulfo, fue la primera enfermera muerta por Covid, que provocó un reclamo de sus compañeros en la puerta del hospital, dado que le había negado en seis oportunidades la licencia que había sido solicitada por formar parte del sector de riesgo (era diabética). Días después, el Ministerio de Salud de la provincia, a cargo de Daniel Gollán, y la Dirección del Hospital respondieron a ese reclamo que María Esther no se había contagiado en el hospital y que no se le había negado la licencia, sino que estaba en trámite. No sólo se deslindan de responsabilidad por el cuidado del personal de salud, sino que además se olvidan de mencionar que esa “pequeña demora” de cuatro meses, en medio de la pandemia, fue fatal para Esther. El hecho de querer adjudicarle a la ´responsabilidad social´ el descalabro en los contagios y el colapso en los hospitales, en un sistema sanitario que hundieron sucesivamente todos los gobiernos, tiene hoy por resultado salas de terapia intensiva, con camas escasas y la mitad del personal en funciones. No se toma la política de capacitar nuevo personal para dar aire a los que están full time, sino que se pone al trabajador entre elegir renunciar para cuidarse (opción inexistente para alguien que eligió sanar y cuidar vidas) o someterse a jornadas eternas de explotación, cruzando los dedos para no ser el próximo que caiga.

Con salarios paupérrimos, sin descansos, sin suplencias, sin elementos de protección adecuadas y bajo presión física y psicológica, en los hospitales de la provincia de Buenos Aires hoy rige un "sálvese quien pueda".

Es urgente y necesario impulsar la organización de los trabajadores de salud a través de asambleas en cada hospital y de una coordinadora interhospitalaria.

Reclamemos: aumento del presupuesto de Salud. Convocatoria urgente a nuevo personal. Pase a planta de trabajadores precarizados. Reapertura inmediata de las paritarias. Protocolo de seguridad elaborado por los trabajadores. Apertura de los centros privados de atención. Por un sistema único de salud en manos de los trabajadores. ¡Sin trabajadores de salud no hay salud!

¡Justicia por Lucila y María Esther! ¡El Estado es Responsable!

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