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Los mercados mundiales sufrieron hoy un nuevo golpe. La suposición de que una filtración de ´apenas´ “2100 archivos bancarios secretos que integran los FinCEN Files resultarían un desafío menor” se esfumó en un instante. “Comparado con los más de 11,5 millones de documentos que integraron los Panama Papers” es un ´poroto´, pero tocan a la flor y nata de la banca imperialista mundial. Por eso la respuesta de los tres periodistas de La Nación que participaron de la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) a esa ´suposición´ es categórica: “En absoluto”. Entre esos bancos se encuentran los tres más importantes de Alemania, EE.UU. y Gran Bretaña: “Deutsche Bank, JPMorgan Chase, HSBC, entre otros” (lanaciononline, 21/9).
La investigación es un nuevo mentís a la supuesta ´pulcritud´ que ahora caracterizarían a las transacciones financieras mundiales, supervisadas por agencias como la UIF de Argentina, puestas en pie en años recientes. Todos los bancos implicados venían de haber pagado multimillonarias multas por infracciones.
El estallido de esta nueva ´filtración´ ha golpeado brutalmente al sistema financiero mundial y ha puesto en el tapete, una vez más, que sin el ´aceite´ de las operatorias financiera de la gran banca, no existe narcotráfico, trata de blancas, venta de armas, ni ´negocio´ lícito o ilícito en el mundo.
“La filtración de documentos ultrasecretos del gobierno de los Estados Unidos revela que criminales, estafadores y personajes sombríos de regímenes corruptos pudieron operar colosales cantidades de dinero negro a través de prestigiosos bancos internacionales” (ídem). El estallido de este escándalo podría rozar la propia campaña electoral norteamericana: entre los denunciados aparece “el exjefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, que fue condenado por fraude y evasión. En su caso, el JP Morgan Chase reportó movimientos de fondos entre Manafort y sociedades ´pantalla´ en septiembre de 2017; es decir, mucho después de que comenzaran a revelarse las sospechas de que lavaba dinero o sus vinculaciones con Ucrania y Rusia” (ídem). “JP Morgan Chase “también movió más de U$1.000 millones para un financista prófugo por el 1MDB de Malasia, uno de los mayores escándalos financieros de la historia; y más de U$2 millones para dos jóvenes magnates venezolanos acusados de apagones en su país. HSBC, en tanto, movió fondos de sospechosos de lavar dinero de Rusia y de una estafa piramidal bajo investigación en varios países” (ídem).
“Los FinCEN Files aportan un pantallazo mundial sobre cómo opera el lavado de activos, el crimen organizado y la corrupción trasnacional, con datos precisos sobre políticos, magnates y empresarios de todo el mundo que mueven fortunas con la ayuda de los banqueros, financistas y cueveros, ante la impotencia -o la complicidad- de las instituciones que deben controlarlos” (ídem). “Los FinCEN Files revelan, por ejemplo, maniobras de traficantes de opioides sintéticos, estafadores ´Ponzi´, déspotas y corruptos. Detrás de cada delito financiero hay personas reales afectadas: desde familias que perdieron todos sus ahorros en artimañas financieras hasta víctimas del narcotráfico. El dinero sucio zigzaguea inexplicablemente a través del mundo; desde alguna empresa pantalla en Wall Street hasta algún paraíso fiscal del Caribe, una torre de Singapur o una financiera en Damasco” (ídem).
“Los documentos filtrados —informa Haaretz, 21/9— vinculan al oligarca ruso-israelí Abramovich con cuatro empresas que han donado generosamente a la organización Elad, que trabaja para aumentar la presencia judía en el este de Jerusalén” por el equivalente a 100 millones de dólares.
Por supuesto no falta el capítulo argentino. Entre ellas “operaciones del norteamericano Sean Sullivan, el desarrollador que hizo una millonaria inversión hotelera en las paradisíacas islas caribeñas de Turks and Caicos con dinero negro de Daniel Muñoz, uno de los ´valijeros´ de las coimas durante el gobierno kirchnerista. La filtración permitió determinar, además, que Marcelo Tinelli hizo transacciones con una firma de las Islas Vírgenes Británicas, uno de los paraísos fiscales más utilizados en el Caribe. Un vocero dijo que el empresario utilizó una cuenta no declarada ´por discrepancias de interpretación´ y que luego la sinceró en el blanqueo que impulsó Mauricio Macri” (ídem).
“Los reportes muestran también que cinco años antes de que el presidente Fernández avanzara contra Vicentin, las autoridades antilavado de EE.UU. habían recibido una alerta por operaciones financieras entre la agroexportadora argentina y la multinacional Glencore, transacciones que Vicentin justificó como parte de su actividad comercial habitual” (ídem).
Como se ve un entretejido empresarial donde no hay ´grietas´.