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El sector oficialista del Partido Obrero ha realizado una suerte de ´Congreso´ juvenil. 400 militantes de la UJS que adherimos a la Tendencia del PO, sin embargo, no fuimos convocados. Nuestras ´expulsiones´ no han sido resueltas por ningún Congreso partidario por lo que esta convocatoria sanciona -en los hechos- una nueva exclusión. La ´nueva´ “Mesa Nacional” sancionada reúne condiciones de anonimato y sigilo. Esta UJS carece por entero de la autonomía en la organización de las nuevas generaciones, como lo determinó el Congreso de fundación. Algunos de los cientos de expulsados pertenecían a la “Mesa” anterior, supuestamente ´disuelta´ en el reciente. Aunque la intención haya sido el disimulo este ´Congreso´ confirma el golpe tremendo que ha sufrido nuestra organización como consecuencia de las expulsiones, la censura y en especial una deriva electoralista y de integración política. El último Congreso realizado en Rosario, 2018, había contado con la presencia de 1.000 jóvenes. El anterior, 2016, 1.500. La convocatoria del oficialismo comenzó ´declarando´ ´1.500´ ´espectadores´ el viernes, continuó con ´1.000´ en las comisiones del sábado al mediodía y finalizó con 600 en el plenario de cierre del sábado a la tarde.
El ´Congreso´ de la UJS realizado por el oficialismo ha sancionado un novedoso método político de construcción partidaria. El “borrón y cuenta nueva” que no solo se ha aplicado en materia ´organizativa´. El conjunto del ´Congreso´ ha hecho esfuerzos fenomenales para omitir cualquier referencia a hechos políticos elementales en estos años y, en especial, el papel de la organización en los mismos. No ya un Congreso, cualquier ´reunión´ partidaria tiene que apoyarse sobre lo realizado. Una discusión sin referencias a la realidad es un ejercicio de fantasía política. El oficialismo no ofrece balance alguno de hechos tan significativos como la rebelión universitaria de 2018. Justo cuando esta había probado, en tiempo real, lo acertado que hubiese sido dirigir el conjunto de la política del partido hacia un planteo de poder, enfocado en el reclamo de que se vaya el gobierno de Macri y se imponga una Asamblea Constituyente, libre y soberana. Ese fue finalmente el reclamo que, a grito pelado de “Fuera Macri”, se dirigió a Plaza de Mayo.
Si buscamos con lupa, el oficialismo, intenta dar por hecho una curiosa ´explicación´ del derrumbe del macrismo, de la propia rebelión universitaria y, en especial, de la victoria electoral de Alberto Fernández. Para ellos el amplio repudio popular a Macri no se basaba en la inviabilidad de un plan de ajuste a gran escala sino en una ´expectativa´ de la juventud (y suponemos, también, de los trabajadores) en que mediante la integración al Estado “de algunas agrupaciones” se podrán satisfacer las demandas y reivindicaciones. El ´dilema´ para la juventud sería entonces si ser ´militante´ o ´funcionaria´. Más allá de algunos fantasmas propios que el oficialismo tendrá que resolver es evidente que el acento se coloca en la atracción que habría causado para la juventud argentina el flamante gobierno de Fernández – Fernández y no en la creciente crisis del régimen político que obliga a virajes, ni en los límites de la izquierda que no ha logrado acertar en su política. Según el oficialismo los jóvenes K “toman la iniciativa en función de bloquear las expresiones de lucha que surgen en el movimiento”. “Con una política de conjunto (sic) avanzan en la cooptación e integración de la juventud al Estado".
Referirse a la “cooptación de la juventud´ para comentar el destino de las agrupaciones integradas al gobierno es un despropósito. La fórmula F – F fue una salida improvisada y contradictoria surgida de los fracasos de otras ́ salidas ́. El derrumbe de la orientación económica macrista obligó a este viraje, después de que el propio peronismo acompañó la aventura ´liberal´. Los ´vencedores ́ electorales no han podido presentar plan económico y político alguno. Se han añadido más elementos a la crisis porque nos acercamos a un fracaso de conjunto. La explicación de que el odio visceral de la juventud a Macri no se expresó en un desarrollo de la izquierda revolucionaria no hay que buscarla en la ´iniciativa´ K sino más bien en qué política se ha dado a sí misma esa izquierda. Los que renunciaron a desarrollar el “Fuera Macri” se lamentan, un año después, de que la juventud argentina haya votado a otro para sacarlo. Al no intervenir en una crisis explícita de poder esa izquierda se auto-canceló en varios planos.
El ´Congreso´ oficialista no se detuvo ni un renglón en balancear su política al frente de la Federación dirigida por casi dos décadas por la UJS en distintas versiones de frentes. Ni siquiera cuando, en el último año, tuvimos una conducción bicéfala con los K. Mucha queja por la ´iniciativa´ K, pero no encontramos conclusión alguna de la experiencia más reciente. En especial cuando la FUBA ´trosko-kirchnerista´ perdió casi todos sus centros (incluso los kirchneristas) y el rectorado dio el zarpazo duplicando los suyos y volviendo a la Federación tras dieciocho años. La pérdida de la FUBA es el hecho político más significativo para la UJS, al menos, desde haberla ganado. El oficialismo desde el telegrama obligado que publicó anunciado su derrota no ha vuelto a referirse al tema, tampoco fue abordado en el ´Congreso´. Lejos de conclusiones se masculla una especie de ´sorpresa´ por… no haberla perdido antes.
La vuelta de Franja Morada a la FUBA, en realidad, sucedió en el momento exacto en que su expresión política nacional era pulverizada como alternativa política. La derrota de la UJS obedeció, en primer lugar, a un retroceso político de la izquierda en el país y un derrumbe en los centros, que también afectaría nacionalmente.
La derrota política más grande en la historia de la UJS, sin la asimilación política correspondiente profundizó una integración al régimen universitario. Tampoco encontramos ningún balance en el ´Congreso´ de que hizo la UJS estos meses. En un papel de cuarto o quinto violín, el oficialismo se ha dedicado a poner en práctica la línea “pro-positiva”, aplicada recientemente en parlamentos con quórums a diestra y siniestra. Así se expresó en la votación a Sandra Torlucci como rectora de la Universidad Nacional de las Artes, en el reclamo de que los Consejos Directivos “se reúnan”, pero también en votaciones en común, políticas y de método, en la FUA y en la FUBA, que desde la Tendencia hemos señalado oportunamente y de las cuales el oficialismo no ofrece explicación alguna.
El santo y seña del ´Congreso´ de la UJS (o) ha sido la reivindicación de la “independencia política”, que, como vimos, no pasa la prueba de los hechos. Esta 'independencia' fue la ´premisa´ los ´aportes´ y la ´conclusión´ del ´Congreso´. La idea de una juventud ́independiente ́ no resiste ninguna prueba sencillamente porque en ella anidan todas las clases sociales. Es un planteo reducido a un movimentismo y difuso en términos de estrategia y programa. En realidad, en una fracción de la organización que cuestiona abiertamente el programa estratégico fundacional de la UJS como organización socialista de la juventud, la pretendida “independencia política” es presentada en un formato organizativo, una reivindicación del aparato. El desarrollo del socialismo como corriente de la juventud no implica la equidistancia frente a cualquier problema político, sino, por el contrario, su vinculación con la clase obrera y las tareas de la IV internacional.
En los textos oficialistas del ´Congreso´ se describe todo un 'plan' tremendo de ajuste, represión, contaminación ambiental, avasallamientos varios; lo que se encontró ausente es la relación entre estos ataques y el monumental impasse y crisis políticas que tienen que enfrentar los distintos regímenes para aplicar esa orientación. No hay pronósticos, no hay tareas, no hay programa. La UJS (o) tiene una particularidad distintiva a nivel nacional, pero digamos mundial: son los únicos que le ven al gobierno de Alberto Fernández un rumbo. Según ellos, el gobierno, “tiene un plan político y económico bien concreto” “Que viene ejecutándose durante todo el 2020”. “Hoja de ruta”. “Orientación minuciosamente (sic) delineada”. En C5N los periodistas del gobierno se sonrojarían con estas definiciones. El gobierno, en realidad, se encuentra ya en tiempo de descuento como puede observar cualquiera que lea algún diario.
La fenomenal crisis del régimen político en su conjunto se presenta como “controversias de temas puntuales”, incluso se dice que “[oficialismo y oposición] comparten una agenda en común”. De nuevo la equidistancia acompañada de dosis de delirio. Para la UJS (o) Alberto Fernández “avanzó varios puntos” en “cerrar la grieta”, un diagnóstico de salud política del gobierno cuando asistimos a enormes choques entre los poderes, declaraciones golpistas y un reclamo a varias puntas de una modificación del régimen de gobierno. Este tufillo golpista solo es contenido por una parte del régimen que es consciente que desatar una salida por la fuerza conduciría al país a una situación revolucionaria. Para la UJS (o), en cambio, “no hay medias tintas” “o el FMI y Berni o la defensa de la juventud”. Aquí se invierte la lógica dialéctica en donde A no es igual a A para pasar a una vulgaridad de “es todo lo mismo”. La ´grieta´ se ha instalado en el propio gobierno. Estos choques explosivos que envuelven a la coalición gobernante pueden significar un desplazamiento de masas hacia la izquierda, una alternativa que en la UJS (o) no se contempla.
La UJS (o) al preguntarse “¿qué es la derecha? (sic)” se contesta con que “el gobierno actual es quien representa, de mejor manera, al conjunto de la clase capitalista, y es que, con él, precisamente, con quien las demandas de la burguesía encarnan y se hacen concretas”, “es elemental”, agregan. En realidad, las ´demandas´ de la burguesía son incompatibles con la actual organización social -incluso incompatibles entre ellas- y llevan a esta a estallidos revolucionarios. Esta visión de calificar a todos los gobiernos como igualmente “fondomonetaristas” no puede explicar porque en América Latina asistimos a toda una etapa de golpes de Estado, crisis y revoluciones.
Oficialismo y oposición no “comparten una agenda común” principalmente porque ni uno ni otro pueden imponer agenda alguna. Las declaraciones golpistas reflejan un profundo impasse político que atraviesa todo el continente pero que en Argentina reúne condiciones explosivas. Un gobierno -¡a 10 meses!- con fuertes demostraciones de agotamiento y una oposición que viene su propio fracaso. Se configura en nuestro país las condiciones de una situación revolucionaria. Al no establecer pronóstico alguno, los textos oficialistas, carecen de utilidad como “guía de acción”. El refugio en lugares comunes o generalidades evidencia una desorientación política. La UJS tiene que asociar el derrumbe del actual régimen social y político con un programa y una orientación estratégica para ofrecerle a la juventud, que parta de la necesidad del gobierno de los trabajadores. Nada de eso se propuso en el ´Congreso´. La insistencia sobre los ataques que recibe la juventud, en el mejor de los escenarios, peca de unilateralidad. La situación provisoriamente ´defensiva´ no cancela que rápidamente nos encontremos a la ofensiva. Ni la juventud ni la clase obrera estamos derrotados y el que no hace pie es el gobierno.
El ´Congreso´ oficialista al tener que señalar, obligadamente, las rebeliones populares que ha pronosticado la Tendencia advierten, sin embargo, que “las distintas rebeliones han tenido un claro obstáculo para poder desarrollarse plenamente: las burocracias sindicales y estudiantiles”. Los oficialistas al “sacar el paraguas en un día de sol” llevan su fetiche de los ´obstáculos´ a niveles inimaginables. Hay rebeliones populares, pero no ´plenamente´, una contradicción en términos. Lo que ocurre es lo contrario, las rebeliones han dinamitado las autoridades de estas burocracias y las ha obligado a dividirse. Para la UJS oficialista cualquier aparato derriba la fuerza de la historia.
Todo el ´Congreso´ oficialista ha agravado el mismo problema que ya hemos criticado abordando el “informe político” de convocatoria al XXVII Congreso del PO. Se encuentra ausente una caracterización política y estratégica subordinada a la etapa de derrumbe histórico del capitalismo. En nuestra crítica hemos señalado que el capital asiste a la extinción de su propia premisa como regulatoria del proceso económico: la ley del valor. Este se ha convertido, contrariamente, en un factor de crisis revolucionarias. Asistimos a una fase de transición catastrófica del capitalismo al socialismo
El capitalismo ha sido expuesto como nunca antes por la pandemia mundial del coronavirus. Los problemas elementales se han convertido frente a los ojos de millones como incompatibles con el actual régimen social. Así lo prueba diariamente el gobierno argentino, reprimiendo al personal de salud abocado, justamente, a la primera línea de la pandemia y amenazando con desalojos y cárcel a los que ocupan terrenos para combatir el hacinamiento. Los sistemas de salud y vivienda han colapsado no solamente en Argentina sino en los países centrales del imperialismo. La prevención científica de nuevas pandemias y virus no encuentra apoyo debido a los cálculos de ´dividendos´ y ganancias. La actual organización social privilegia al lucro y a la reproducción del capital por sobre la salud, la vivienda y la vida. Un programa de reivindicaciones inmediatas por todo esto tiene que conducir a un enfrentamiento a gran escala con el régimen capitalista.
La falta de una estrategia política del ´Congreso´ de la UJS acompaña la deriva oficialista de rechazar un planteo de poder, es decir, el gobierno de los trabajadores. Ese planteo fundacional de la UJS se encuentra completamente ausente en todas las resoluciones de ese ´Congreso´. Fue suplantado por ´consignas´ aisladas en lo formal y adaptadas al capitalismo en el contenido, dejando las expresiones políticas “de fondo” como un saludo a la bandera.
La forma que ha encontrado el oficialismo para pasar por alto un planteo estratégico y unificado hacia la juventud es hablar de todo para no hablar de nada. El ´Congreso´ fue presentado como un conjunto de “temas diversos” sin conexión entre unos y otros. Para ello pusieron en marcha toda una cantidad de ´comisiones´ sin la capacidad de profundizar ni balancear incluso sus temas ´específicos´. Los oficialistas que asistieron se encontraron con un ´Congreso´ diseccionado, descuartizado en función de los temas de ´interés´ con los que el aparato fantasea llamar la atención. Cualquiera que revise los Congresos anteriores de nuestra organización observará el método contrario, un planteo político de la UJS y las ´comisiones´ en función del desarrollo del mismo. Por supuesto la “juventud del Polo Obrero”, que sigue organizándose sin vínculo con la UJS, tuvo su específica ´comisión´. Un ´Congreso´ sin contenido estratégico significa un cheque en blanco para una dirección marcada por el corporativismo.
El ´Congreso´ del oficialismo no solo ignoró el cuadro político general sino su propia situación como corriente. Fue un congreso desarrollado con una venda en los ojos. Un verdadero Congreso Nacional de la UJS debería partir de la comprensión de la actual crisis mundial y las perspectivas que se le abren a la clase obrera. Naturalmente la lucha por un gobierno de trabajadores implica, como método y principio, el reconocimiento al derecho de opinar distinto y de agruparse por ello. Los militantes revolucionarios del oficialismo tienen que alzar su voz y pronunciarse por el reconocimiento de la Tendencia, el retroceso en las expulsiones sumarias y un proceso de investigación de todos los métodos emprendidos. La reivindicación de una supuesta organización ´colectiva´ con 1.200 expulsados sin derecho a defensa ni apelación en el Congreso debería llamar la atención de cualquier luchador honesto. La juventud y la censura son incompatibles.
La convocatoria del oficialismo al “frente único” debería comenzar por la propia UJS. Es necesario advertir que la ´respuesta´ del Comité Ejecutivo del PO (o) a la crítica de la Tendencia a su informe político busca generar un clima de violencia política que, desde nuestro lugar, no pensamos acompañar. Convocamos a establecer un debate camaraderil sobre la estrategia política y las perspectivas de la UJS. Las tareas revolucionarias exigen una revolución en la propia UJS aprisionada en buena medida por intereses estrechos y de camarilla. La primera que “tiene que respirar” es nuestra organización. La perspectiva revolucionaria que abre la actual crisis capitalista implica el desafío de un abordaje revolucionario de toda la militancia y de la UJS.