Paritarias en Peajes: entre el secretismo y el pedaleo eterno

Escribe Marina Mendieta

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La carestía ´nacional y popular´ pega fuerte en el sector de las autopistas como en el conjunto del movimiento obrero. La inflación acumulada al mes de octubre en los últimos 12 meses es del 40 % según el Indec. La economía va a un desplome generalizada del 11 % del PBI. El consumo, a pesar de la emisión frenética de billetes, no levanta cabeza. Y la paritaria del SUTPA está paralizada desde febrero. Está atrasado más de un año el salario en el gremio – precisamente, en febrero pasado, se debía ajustar inflación previa y no se hizo. Cuando la pandemia hizo pie en la Argentina, la actividad fue declarada actividad esencial. Los trabajadores estamos siendo expuestos permanentemente, como lo evidencia la cantidad de contagios que hay en la actividad, pero el salario no se actualiza.

El secretismo es la política por la que han optado las burocracias del sector. En ausencia de asambleas que discutan la paritaria y el futuro de los puestos de trabajo -hay en marcha una automatización en los peajes de la Capital Federal-, los sindicatos del sector están atrincherados en negociaciones interminables e inocuas, inconsultas, cerradas, sin planes de lucha previstos.

En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, las autoridades han aprovechado la pandemia para ajustar sin contemplaciones en personal y eliminar el costo salarial de los cajeros, mediante la automatización.

Estamos hablando de miles de familias que no tienen certeza alguna sobre su futuro laboral. La actitud de la conducción de los gremios porteños devela una actitud perniciosa y colaborativa con las autoridades, sin dar respuesta a la angustia de sus afiliados. Hacen la plancha mientras la inflación y el agravamiento de las condiciones sociales hacen punta en el conjunto de los trabajadores de la actividad. No hay margen para dilaciones. La falta de debate y de democracia sindical hoy se paga caro. Los únicos responsables del inmovilismo actual son las direcciones gremiales que, a puro apriete y extorsión, manejan la situación. El inmovilismo no es una política gremial recomendable en momentos de crisis agudas y saltos inflacionarios.

La emergencia sanitaria pandémica debe tener como prioridad las necesidades materiales de la clase trabajadora y no la especulación dilatoria sindical que sólo beneficia a patronales que se la han llevado en pala. Sus acciones bursátiles muestran ese beneficio extraordinario. Tampoco los compromisos políticos con los gobiernos provinciales y nacionales son una salida posible en un contexto ya que ambos son responsables de la crisis nacional. La salida que proponen no defiende los intereses del conjunto de los trabajadores.

*Asambleas deliberativas son una necesidad inmediata. *Aumento salarial del 50 % es el número que equipara la inflación anual. *Certezas con respecto al futuro laboral de miles de familias son una urgencia. Pongamos de pie nuestras reivindicaciones sin demorar un instante más. ¡Adelante, compañeros!

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