El salario mínimo de Moroni y Fernández

Escribe Pablo Busch

Tiempo de lectura: 4 minutos

"- ¿Cuánto tiene que ser el valor de un sueldo digno hoy en plena pandemia? -preguntó la periodista Mariana Dahbar.

  • Yo creo que el sueldo digno es aquel que estemos en condiciones de pagar y de sostener". Con estas declaraciones brindadas en una jugosa entrevista a Infobae el día de ayer, el Ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, conceptualizó lo que representa el salario para el gobierno de los Fernández el periodo actual: "lo que los capitalistas puedan pagar". La primera persona del plural, despeja si quedaba a alguien alguna duda de la ubicación de quién se pretende un árbitro de los conflictos.

75 años después del decreto del Perón que instituyó el salario vital mínimo como "la remuneración del trabajo que permite asegurar en cada zona, al empleado y obrero y a su familia, alimentación adecuada, vivienda higiénica, vestuario, educación de los hijos, asistencia sanitaria, transporte o movilidad, previsión, vacaciones y recreaciones" el mismo Ministerio de Trabajo lo identifica como"el salario es lo que podamos pagar".

Pandemia, trabajo y vivienda

“La situación ya venía de dos años complejos, de recesión, y ahora, frente a llovido mojado: cayó la pandemia, y la verdad, no podemos evitar los daños que provoca." La invocación de la crisis económica no viene en boca del Ministro a modo de explicar acciones extraordinarias de intervención estatal, sino a modo de justificar la presente degradación del salario.

Sobre la pérdida de más de tres millones y medio de puestos de trabajo Moroni declaró que "Hemos perdido mucho empleo informal. Y para los informales, aquellos a los que no podemos proteger jurídicamente…, lo que hicimos fue el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), con el que alcanzamos una cobertura de casi 9 millones de personas." De la impotencia frente a la pandemia Moroni pasa a la impotencia frente a la informalidad laboral.

Salario Mínimo y paritarias

Las declaraciones del Ministro de Trabajo van en línea con la defensa de lo acordado en el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, que consagró un incremento salarial del 28% en cuotas, que fijo el mínimo actual en $18.900 para jornada completa, y de $94,50 por hora para los jornaleros. El SMVyM llegará a $21.600 recién en Marzo de 2021. Con una canasta de pobreza de $47.216 en setiembre pasado, el salario mínimo quedó exactamente en el 40% de lo que se necesita para no ser pobre. Cómo se ve, la propiedad privada de los trabajadores sobre su único bien –la capacidad de trabajar- fue "usurpada" con el aval de 31 de los 32 miembros del consejo del salario.

La declaración del ministro respecto del salario mínimo debe leerse también como su posición respecto de las paritarias: "El salario mínimo venía muy retrasado. Nosotros lo que estamos haciendo es que le vaya ganando a la inflación de nuestro período. Es decir, nosotros no podemos recuperar en seis meses, y en pandemia, lo que perdimos en los últimos cuatro años." (Infobae, 2/11) Con una inflación interanual todavia por arriba del 40%, y paritarias que se han cerrado con sumas fijas no remunerativas o acuerdos de tramos, siempre por debajo de la inflación -la CGT también es abonada del 'salario que los capitalistas puedan pagar'-, el mensaje del ministro Moroni busca desalentar expectativas de cualquier recuperación.

Un párrafo aparte merece el silencio sepulcral del Ministro, de la CGT y en particular de los Moyano sobre el Impuesto a las Ganancias, cuyas escalas no fueron actualizadas y que alcanzan a los trabajadores a partir de los 55.000, cuando la canasta de pobreza de septiembre rondó los $47.000. A este ritmo, estamos cerca de que el impuesto llegue al hecho insólito de gravar a trabajadores que estén por debajo de la línea de pobreza.

Salario y vivienda

El ministro omite hacer la conexión entre la pandemia, el salario mínimo fijado y la ocupación masiva de terrenos. Con un salaro mínimo de 16 mil pesos o un IFE bimestral de 10 mil pesos no vive nadie, mucho menos una familia que alquila. La pandemia además ha convertido el hacinamiento en un factor de incremento del riesgo de contagios, lo que ha disparado las ocupaciones de tierras, que están lejos de reducirse a Guernica.

Por otra parte, el Gobierno dispuso un súper cepo al dólar ahorro, encareciendo un 35% el costo de los 200 dólares que permite comprar. Cómo casi el 90% de los asalariados que compraban dólar ahorro fueron impedidos de hacerlo (incluidos aquellos que trabajen en empresas beneficiarias del ATP), el cepo al dólar opera como un cepo del gobierno a cualquier posibilidad de acceso de los trabajadores a la tierra y la vivienda, cuyos valores están fijados en dólares. El plan de créditos Procrear es una gota de agua en el mar: proyecta proveer 10 mil soluciones de vivienda, cuando el déficit habitacional se calcula por arriba de 3.5 millones de viviendas.

Nuestro programa

A esta perspectiva de miseria popular, los trabajadores debemos oponer nuestro propio programa de reivindicaciones: el salario equivalente a la canasta familiar, el subsidio al parado de 40 mil pesos; el blanqueo de todos los trabajadores informales; la derogación del impuesto a las ganancias a la cuarta categoría, el 82% móvil para los jubilados. Por la expropiación sin pago de los terrenos ociosos del país y la puesta en marcha de un plan de viviendas nacional. Vamos a la lucha por poner en pie un Congreso Obrero en defensa de todas estas reivindicaciones.

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