El 4 de noviembre, por el 40% de aumento salarial indexado vamos a la UF

Escriben Omar Merino y Lisandro Martínez

Tiempo de lectura: 2 minutos

Los cuatro sindicatos ferroviarios firmaron un acuerdo salarial a la baja del 7% desde octubre a diciembre, más $4.000 a cuenta de futuros aumentos y $10.000 de suma fija con el salario de noviembre. Este “acuerdo” entre gallos y medianoche y a espaldas de los trabajadores no tiene retroactivo y tampoco pretende conformar la recomposición de un salario que viene cayendo desde 2008 y que únicamente logró moverse con la lucha de los tercerizados que conmovieron a todas las líneas. En octubre de 2020 cientos y cientos de firmas conformaron un petitorio dirigido a la UF y entregado en mano 10 días atrás, por obreros de la Línea Roca, que reclamaron que la dirección escuche el mandato de las bases, coloque la cláusula gatillo por inflación y convocará a asambleas de afiliados en todas las líneas para ir a la discusión paritaria con un mandato.

El 7% es el techo mezquino que fijó el gobierno para las empresas estatales y de esta forma destinar una gran parte del trabajo obrero al pago de los acreedores internacionales.

En ningún momento el sindicato de la Unión Ferroviaria convocó a asambleas por rama, por dotación o sección para fijar el pliego de reclamos ni las reivindicaciones postergadas. Por lo tanto, no tiene mandato para entregar el salario en las negociaciones paritarias.

Igual tarea igual salario

Un dato del retroceso salarial está referenciado en la equiparación que desde hace años existía entre los salarios del Subte y Ferrocarriles. Por ejemplo, hoy en Metrovías el trabajador que se inicia en la última categoría (limpieza) está en $53.000 mientras un trabajador de Trenes Argentinos que ingresa a la misma categoría y tarea cobra un 20% menos, $38000. Pero a esa cifra se llega con un bono de $10.000 por única vez, una bonificación de viáticos de $17.108, una cifra a cuenta de futuros aumentos de $4.000 y un adelanto de convenio de $1.143.

A esto hay que sumar otro descuento compulsivo e ilegal aporte mediante el impuesto al salario, que se transfiere directamente a la caja de los acreedores internacionales. “Basta contar con un salario un poco superior al valor de la línea de pobreza para que al trabajador le descuenten el impuesto a las Ganancias que se lleva una parte importante de los ingresos obreros y queda reducido a una cifra menor para satisfacer las necesidades básicas que necesitan las personas y las familias” (Clarín 6/10/2020).

Vamos a una campaña por el 40% de aumento salarial con cláusula gatillo y rechazo al impuesto al trabajo.

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