17N: la salud paró y salió a la calle

Escriben Florencia M y Julián Asiner

Cómo la seguimos para imponer nuestros reclamos en la paritaria de Larreta y Gilardi.

Tiempo de lectura: 3 minutos

“Salarios dignos”, “somos esenciales, páguennos como esenciales”, fueron las consignas de la gran movilización del 17N. Luego de que en varios hospitales de CABA el personal de salud empezó a organizarse en asambleas por las paritarias, la burocracia de Gilardi de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) convocó a un paro. A las horas se le sumó la Federación de Profesionales, que había rechazado previamente las propuestas de lucha que habían formulado algunas de sus asociaciones, pero luego se plegó a la velocidad del rayo a la medida de la AMM.

La jornada del 17N planteó el desafío de irrumpir en la paritaria con las reales aspiraciones de las y los trabajadores de la salud. Por eso se reclamó por un “aumento del 100%, en blanco y retroactivo a abril”, a años luz de las mezquindades que negocia la burocracia. El gran problema que dejó planteada la jornada es cómo superar a la tríada Larreta-AMM-Federación, que cocina un nuevo plato amargo para el personal de salud.

Una movilización que dividió aguas

Es este contexto hay que valorar las asambleas en hospitales como el Muñiz, el Álvarez, el Fernández, el Gutiérrez o el Penna, por solo nombrar a algunos. En varios de ellos, las asambleas votaron hacer activo el paro de la burocracia, adhiriendo a la movilización convocada por la asamblea de residentes y concurrentes. La marcha congregó a miles de trabajadores, mayoritariamente residentes pero no solo.

La lista 10 de Rojo, que dirige varias filiales de la AMM, se jugó por el contrario en contra de movilizar. Su apuesta, quedó claro, está en ganar las próximas elecciones de la AMM, no es desbordar a su actual dirección con un plan de lucha en serio por el salario. Si las filiales de la Lista 10 hubieran convocado a Jefatura, una asamblea general hubiera podido arrancarle a Gilardi el timón de las negociaciones. La capitulación de Rojo le regaló a Gilardi un margen para seguir maniobrando.

Al llegar a Jefatura, se entregó una nota con las reivindicaciones votadas en asamblea (100 mil pesos de base salarial para residentes ingresantes, 100% de aumento retroactivo a abril y en blanco, 82% móvil para jubilados, pago inmediato a instructores, jefes y R1, salario y ART para concurrentes, reincorporación de Laura Díaz al Hospital Tornú) y se exigió una reunión para obtener una respuesta. Luego, se hizo una asamblea allí mismo para votar el plan a seguir. Los presentes eran conscientes de que conseguir esa reunión y esos reclamos implicaba desplegar una acción de lucha extraordinaria, como residentes y concurrentes hicimos en diciembre pasado.

Las resoluciones de la asamblea

En la asamblea numerosas intervenciones destacaron la necesidad de unificar y coordinar las luchas entre residentes, concurrentes y personal de planta, así como con enfermería, que viene dando una lucha tenaz por su incorporación a la carrera profesional. Se votó acompañar la jornada del 20N y exigir un paro a los gremios para que la movilización a Plaza de Mayo pueda ser verdaderamente masiva. Desnaturalizando esta exigencia, a las horas Federación de Profesionales, a instancias de la Asociación de Psicología, dictó un cese de actividades para el 20N de… ¡30 minutos! El desafío, ahora, es aprovechar ese “break” de 10 a 10.30 para hacer asambleas en los lugares de trabajo y votar levantar las actividades para marchar con enfermería.

Para darle continuidad a la lucha por la paritaria la asamblea votó un nuevo paro de 36 horas para la semana que viene, que empezaría desde las 12 hs del martes 24. Es una iniciativa que interpela también a las filiales de la Lista 10, que de palabra apoyan el aumento del 100% pero que, excepto por su rechazo a movilizar, aún no dijeron cómo piensan que debería continuar la pelea por el salario. Si logramos un 20N fuerte, con asambleas que se movilicen desde los hospitales, vamos a en mejores condiciones para concretar el paro de 36 hs la semana que viene.

Plan de lucha hasta ganar

El personal de salud aguantó ocho meses de pandemia en la primera línea y ya está exhausto. En el medio vio derrumbarse el poder adquisitivo de su salario, a la par del hundimiento general de las condiciones de vida de la población. La aspiración de las y los trabajadores de la salud a una recomposición de su salario chocó contra el manejo capitalista de la pandemia, que nunca priorizó las necesidades sanitarias y sociales, y ahora se enfrenta a un nuevo acuerdo con el FMI y su correspondiente ajuste sobre el gasto social. Las paritarias a la baja, que Fernández cerró en un 7% para dependencias nacionales y que Larreta y Kicillof quieren cerrar en un 15%, a costa de sumas no remunerativas, son la frutilla de este postre indigesto.
La experiencia de residentes y concurrentes de diciembre pasado demuestra, sin embargo, que con una lucha a fondo podemos arrancarles nuestros reclamos. Vamos por un 20N con enfermería y todo el personal de salud, con cese de actividades y asambleas en todos los efectores para movilizar de Congreso a Plaza de Mayo. Vamos por la continuidad del plan de lucha hasta ganar, uniendo a todas las disciplinas y sectores que el gobierno y las burocracias quieren dividir. Convoquemos a la población a apoyar la lucha de la salud, que en este contexto es la misma lucha por su supervivencia. ¡Sigamos adelante!

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