La huelga del Cordón y el covid

Escribe Corresponsal

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Una de las reivindicaciones de los recibidores de granos –la reducción de la jornada laboral- se conecta con la grave situación sanitaria que viven los trabajadores del cordón, en medio de la pandemia y de las crecientes exigencias patronales.

Las agroexportadoras, declaradas “esenciales” por el gobierno nacional, en su gran mayoria no aplican protocolos de higiene para el Covid. Como nos dijo el obrero de una aceitera: “te dan un tapabocas de papel que es insuficiente hasta para el polvillo, un frasquito de alcohol en gel y hasta te retacean los guantes descartables”.

Las empresas esconden a las autoridades sanitarias la totalidad de casos positivos de Covid, y sólo proceden a aislar a los casos sospechosos. Solamente el estado semipúblico de infectados que se viraliza en las redes sociales los obliga a declararlos.

Desde el “brote” con 12 casos en Cofco Timbúes y algunos más en otras fábricas, la pandemia se extendió por todo el cordón industrial.

La inmensa mayoría de las fábricas tienen decenas de contagiados.

Las patronales, ante la huelga, “alertan” ahora sobre la situación de los camioneros varados, cuando esas mismas cámaras empresariales son los responsables de someterlos en épocas de cosecha a interminables colas en las rutas. Utilizan a los camiones como “silos móviles”, sometiendo a los camioneros a vivir en las peores condiciones, sin baños ni servicios y atestando las rutas de acceso a las terminales.

Es esta realidad intolerable la que ha estallado con la huelga de recibidores y aceiteros.

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