Escribe Mario Baez
Con la complicidad de las autoridades y de la burocracia sindical.
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Con una conferencia de prensa, los trabajadores del Hospital Posadas denunciaron haber sido víctimas de espionaje durante la gestión macrista, cuando protagonizaron una gran lucha contra los despidos masivos. La denuncia recorrió varios aspectos, desde la puesta de cámaras y el funcionamiento de una oficina de la AFI dentro del hospital -en un espacio facilitado por las autoridades- hasta el espionaje y persecución de activistas en sus domicilios, infiltración de policías federales en el hospital y en movilizaciones, robos en las casas de algunos trabajadores, entre otros. La denuncia recayó en la fiscalía del inefable Stornelli en Comodoro Py.
El propósito del espionaje fue el amedrentamiento y la represión de los trabajadores en lucha. Contó con la complicidad de la burocracia sindical de ATE Morón, encabezada por Darío Silva, co-responsable del despido del activismo. Estos hechos tuvieron repercusión en el Congreso de ATE de provincia de Buenos Aires, suspendido tras la denuncia por parte de compañeros sobre el accionar de las patotas de la burocracia de Silva y de “las listas negras” que este confeccionaba. Hace unos días atrás, “Cachorro” Godoy, secretario general de ATE nacional, y “Colo” Isasi, de ATE provincia, se pasearon por el hospital junto a Silva y se reunieron con las autoridades.
Una compañera destacó en la conferencia de prensa que el espionaje y el amedrentamiento continúan hasta el día de hoy, aún bajo la gestión de los Fernández. Otro aspecto no menos importante es el silencio del organismo de derechos humanos que depende de la dirección del hospital, primero ante los despidos y ahora ante la denuncia de espionaje.
Queda por delante la realización de un acto público para denunciar todos los atropellos llevados adelante por la gestión macrista.