Paritaria de la Salud de CABA: la burocracia médica no sabe ni contesta

Escribe Lucía Guevara

Martes 5 de enero, todos a la asamblea interhospitalaria en el Garrahan.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Es cierto que la palabra incertidumbre fue de las más pronunciadas en 2020. Pero el gobierno de Rodríguez Larreta y la burocracia de Gilardi -de la Asociación de Médicos Municipales (AMM)- lograron algo más: en el año de mayor sacrificio y responsabilidad, hicieron de la paritaria de las médicas, médicos y profesionales de la salud una oscuridad completa. La última comunicación oficial data de hace una semana. El 23 de diciembre el gobierno porteño había convocado al sindicato a una reunión con los ministros de Salud y Hacienda. Según el escueto comunicado de la conducción de AMM, “en la misma, ambas partes plantearon sus posturas. Luego de un prolongado debate, se pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes 28 de diciembre de 2020. Los mantendremos informados”.

El 28 de diciembre, sin embargo, no hubo comunicación alguna. Tampoco el 29, ni el 30. Y se termina el año. Lo de las “posturas” que menciona la AMM también es una gran incógnita. Es sabido que el gobierno de Larreta y Quirós quería imponer un 15% en cuotas, que dibuja de 23% al sumar un 7% que viene de la cláusula de revisión de la paritaria anterior por lo perdido en 2019. Con ese propósito, avanzó por decretando en noviembre un “aumento” del 5%.

Pero lo que ninguna médica ni médico conoce es cuál es la “postura” que estaría defendiendo la AMM. Nunca explicitaron reclamo ni porcentaje alguno. Hasta ahora, la burocracia de Gilardi se limitaba a “mantenernos informados” acerca del fracaso de las reuniones. Desde el lunes 28, ni eso.

El silencio de radio en torno a la cuestión vital del salario, delata el impasse de la burocracia. Gilardi se dedicó a dilapidar la voluntad de lucha expresada por las y los profesionales de la salud en un sinfín de asambleas, paros y marchas autoconvocadas. Le dio la espalda a todas esas acciones, al punto tal de tener que huir rodeado de patovicas de la propia movilización que había intentado organizar a la Jefatura de Gobierno. Pero, del otro lado, Gilardi teme que una paritaria a la baja le termine dando la baja a él mismo, en las próximas elecciones del sindicato.

La salida circunstancial a esta encrucijada fue ingresar a un cuarto de oscuridad y silencio. Pero no solo Gilardi se tragó la lengua. La oposición cómplice que comanda la Lista 10 de Rojo no emitió opinión alguna sobre estos manoseos al bolsillo. Ha quedado claro que su política no es conquistar un salario digno, sino capitalizar la frustración en las próximas elecciones. Siguiendo desde atrás todos los traspiés de Gilardi, boicotea su propia aspiración mezquina.

La otra cuerda en este concierto de mudos la representa la conducción de Federación de Profesionales, que nuclea al tercio de la planta profesional que proviene de disciplinas no médicas. Federación fue apartada de la paritaria por un pacto entre Larreta y Gilardi, a pesar de que el convenio colectivo establece taxativamente su presencia. Sin embargo, se las ha arreglado para tampoco hablar de un porcentaje concreto, tampoco convocar medidas, tampoco informar, tampoco nada. La traición de las direcciones gremiales a las demandas urgentes de las y los trabajadores de la salud fue respondida con un proceso de organización y autoconvocatorias que recorrió a los hospitales y centros de salud porteños. Residentes y concurrentes tomaron la posta, retomando la experiencia contra la enterrada ley de Larreta y unificando la pelea con las otras jurisdicciones. El lunes 28 se realizó una nueva jornada de paro y movilización conjunta de residentes y concurrentes de CABA, Nación y provincia de Buenos Aires.

La asamblea general que se realizó al finalizar el corte en el Obelisco votó organizar una gran asamblea interhospitalaria presencial para el próximo martes 5 de enero en el Garrahan. Ese día el hospital estará de paro contra la rebaja salarial que, en ese caso, pretende imponer el gobierno nacional. La convocatoria empalma con una necesidad de fondo: superar el política entreguista de las burocracias poniendo en pie una coordinación de base entre los diferentes sectores de la salud en lucha, sumando a la carrera profesional, enfermería y administrativos/as en una misma pelea.

La llave para romper el impasse de la paritaria médica la señalaron por estos días los aceiteros de Santa Fe. Con una huelga que paralizó por 20 días el puerto del cordón agroindustrial lograron arrancar un salario básico de 93 mil pesos, el costo de la canasta familiar. Con una segunda ola de Covid ya en puerta, las y los trabajadores de la salud no tenemos más margen. Hagámonos oír: vamos por la huelga general de la salud.

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