Precarizados “esenciales” en farmacia hospitalaria

Escribe Claudia Jati

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Frente a la prominente suba de la curva de contagios, el gobierno ha recurrido a modo de “sugerencia” al cierre de las actividades comerciales nocturnas. En el comunicado elevado por el gobierno no se incluye al rubro farmacéutico por ser esencial, por lo tanto, este sector no debe cesar su actividad nocturna. Para la población el rubro farmacia es de uso esencial. Sin embargo, la condición salarial del sector es grave y más aún las condiciones de trabajo en pandemia.

Los anuncios del gobierno

La resolución es la consecuencia de toda una campaña oficial que pone el foco del problema de la expansión del contagio casi exclusivamente en las responsabilidades individuales, particularmente, en la juventud. Una cortina de humo frente a la temprana apertura de actividades “no esenciales”, seguida del recorte de la asistencia a los sectores más precarizados. Los trabajadores han atravesado la cuarentena en condiciones de hacinamiento y carencia de agua en barriadas y villas.

La restricción comercial nocturna no afectará a las farmacias, exceptuadas por su rol esencial para la salud de la población.

A pesar de ello, ninguna paritaria del sector logró al menos igualar a la inflación, ni en el sector privado, ni en el sector público. El caso más alarmante es el de los farmacéuticos conveniados.

Se trata de profesionales graduados, con título universitario, que trabajan en hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires y en centros de salud (Cesacs) en condiciones de alta precarización laboral. Estos profesionales actualmente cobran solo $40.000 de bolsillo. En abril 2020, cobraban $32.000 y el único aumento recibido de $8.000 se debió a la renuncia de trabajadores altamente capacitados.

Por si esto fuera poco, ya llevan dos meses de retraso en el cobro de haberes: aún no recibieron la paga correspondiente al mes de noviembre. Por cuestiones burocráticas, la facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA todavía no liberó el dinero de los conveniados, hasta que no cierren el ejercicio contable del 2020.

El sistema de convenio no acumula antigüedad, ni cobran aguinaldo. Figuran como monotributistas, no están sindicalizados ni tienen licencia paga en caso de que se enfermen, ni ART. Estos ingresos de miseria obligan al poli trabajo, con el aumento de riesgo de contagios y del agotamiento físico y mental de los trabajadores del sector.

Esta situación que se arrastra desde varios años atrás forma parte del mapa de desmantelamiento del sistema sanitario. El mismo estado no favorece un refuerzo del sistema de salud en medio de una pandemia que sabemos que no se va a ir de un día para otro y el rubro farmacia seguirá y será cada vez más esencial.

El sistema de salud necesita con urgencia ser reforzado, con mayor presupuesto, más insumos y urgente aumento de salarios de todos los trabajadores para igualar el valor de la canasta familiar.

Basta de contratos basura, por el pase a planta de los conveniados. Reconocimiento de la relación de dependencia. Reconocimiento de la antigüedad generada, pago de aguinaldo, vacaciones y bono de esencialidad. Reconocimiento de las licencias pagas en caso de enfermedad. Pago de los salarios al cuarto día hábil del mes entrante, no más retrasos en el pago de haberes. Reapertura de paritarias.

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