Cese de actividades y corte en el Hospital Penna

Escribe Lucía Guevara

Tiempo de lectura: 3 minutos

Una asamblea con cese de actividades de médicos, médicas y profesionales de la salud en el Hospital Penna culminó con un corte de calle, una nueva asamblea para la semana que viene y un paro total de actividades para el 24 de febrero. Otro sector montó un acampe frente al Ministerio de Salud nacional, por el reconocimiento profesional de enfermería y el fin de la precarización laboral.

Los reclamos principales que unifican a todos los sectores son la recomposición del salario y la contratación de más personal. Los profesionales de la salud porteños encaran el recrudecimiento de la pandemia con un sueldo desvencijado, tras la entregada de Médicos Municipales que acordó con Quirós y Larreta postergar los aumentos paritarios (¡vencidos en diciembre de 2019!) para después del verano. El 28 de febrero deberían reanudarse las negociaciones.

Mientras ven disolverse sus medios de vida, médicos/as y profesionales deben dar cuenta de una demanda creciente, tanto por el incremento de casos de Covid como por el abordaje de otras problemáticas de salud, cuya atención había quedado aplazada durante el año pasado. Tampoco las autoridades aseguran que los consultorios que reabren lo hagan en condiciones edilicias adecuadas. Los planteles siguen diezmados, ya que no se contratan reemplazos para el personal licenciado.

Las vacunas, por otra parte, llegan a cuentagotas y el supuesto “plan” es un gran desconcierto. Por el momento, autoridades de algunos hospitales ya avisaron que solo se vacunaría a concurrentes “que estén asistiendo presencialmente”. Se trata de una discriminación inaudita que golpea por segunda vez a este colectivo de profesionales. El Estado les niega la ART para que puedan ir a trabajar y al mismo tiempo les sustrae la vacuna por no asistir.

En estas condiciones, los comités de crisis han comenzado a votar la suspensión de las rotaciones y demás actividades formativas de residentes y concurrentes. Además de salarios por el piso (ganan la mitad que un profesional de planta, y en el caso de concurrentes ni siquiera cobran), tampoco habría formación. La capacitación desatendida en las distintas especialidades es atención de salud que se le niega a la población, cuando se rechaza una cirugía “no urgente” o se niega un control de salud para una enfermedad crónica. Estos residentes “cubre baches” dependen sin embargo de esa formación para poder continuar su carrera profesional a la finalización de sus contratos a término.

Mientras la situación sanitaria y las condiciones laborales se agravan, Gilardi está de vacaciones y la Lista 10 de Rojo, inmune a todo, se dedica a la propaganda electoral de cara a una eventual votación en el sindicato. Hablan de “inclusión de médicos residentes”, pero en los hospitales que dirigen son ellos mismos los que les boicotean las rotaciones. En el Penna, el corte y el paro se impusieron por la presión por abajo pero la Lista 10 fue incapaz siquiera de difundir la actividad en el resto de los hospitales donde conducen las filiales.

La conducción de Federación de Profesionales, por su lado, rechazó sumarse al paro del 24 de febrero, a pesar del pedido de varias de sus asociaciones. Esta conducción navega en una irrepresentatividad absoluta, ya que a la falta de reconocimiento del gobierno, que no la convoca a las reuniones paritarias, sumó la derrota en su propia asociación (Psicología). Está planteado un congreso extraordinario para despegar a Federación de la transa de la burocracia de Médicos Municipales y recuperarla como organización de lucha.

El cese de actividades, la asamblea y el corte en el Penna abren un nuevo período de lucha de los trabajadores de la salud de CABA. Expresa una voluntad general de retomar la pelea que la burocracia dejó trunca. El balance del período anterior indica que los paros y las movidas aisladas no son suficientes. Es necesario unificar a todos los sectores, sin distinción de función, especialidad o gremio, en un plan de lucha sistemático y progresivo que culmine en la huelga general de la salud hasta quebrar el cepo salarial del gobierno porteño. Abramos el debate en todos los hospitales y centros de salud.

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