Buyatti en la lona: aseguremos los puestos de trabajo

Escribe Cacho Calarota

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Buyatti S.A.I.C.A tiene tres plantas, una en Reconquista, otra desmotadora de algodón en Chaco y la tercera en Puerto Gral. San Martín. Enclavada en el Barrio Bella Vista – Pto. Gral. San Martín, muy cerca de Bunge y otras aceiteras, no cuenta con puerto propio. Esto implica que tenga que pagar un canon a otras para poder embarcar y vender. La empresa tiene un vínculo con Vicentín, pues un ex CEO de esta última, desplazado por la intervención judicial, es el Ing. Daniel Buyatti.

Desde hace 22 años, Buyatti funciona presentando concursos preventivos de crisis. En todos estos años, los obreros y el Sindicato Aceitero (SOEA), han tenido que hacer innumerables marchas, acampes y presentaciones en el Ministerio de Trabajo, para que la empresa pague y que no se cierre la planta. Buyatti fue una extorsionadora serial a lo largo de años: pago sus deudas salariales por debajo del convenio aceitero, instando a sus obreros a que aguanten a la espera de la cosecha gruesa y la reactivación. También tuvieron que hacer marchas para no quedarse sin obra social, por incumplimiento de la patronal o directamente lockout temporario. En 2018, el SOEA votó una suma fija de ayuda solidaria de los obreros, de acuerdo a las categorías de cada uno, para reforzar la miseria que entregaba Buyatti cuando estaba parada. . El 1° de diciembre pasado Buyatti cerró, pagando adicionales por custodia a la policía de Perotti, que estuvo de manera permanente hasta la fecha. Esto refleja la completa complicidad del gobierno provincial con esta patronal, como con otras (Guerrero Motos). Pero la patronal cruzó la línea, retirando equipos de la planta que son necesarios para producir aceite. Puso en venta la planta y se rumorea que hay interesados en comprarla para hacer acopio. Esto implica la ratificación de una variante que dejará al 70% de sus 90 obreros actuales en la calle. En una última reunión con el Ministerio de Trabajo, Buyatti accedió a pagar los sueldos del enero y febrero de 2021, pero sin el incremento logrado a partir de enero por la huelga aceitera. Queda claro que en marzo no reabre.

Buyatti seguirá especulando, ahora con la cosecha gruesa a partir de marzo, para venderla o alquilarla, pero desligándose de 70 obreros. Ofreció en su momento, indemnizaciones en cuotas. Pero si tiene aprobado un nuevo concurso preventivo de crisis, pagará la mitad. Además, el decreto presidencial que pone tope a la doble indemnización ($500.000) por despidos sin causa, le facilitará las cosas.

Durante el acampe de los obreros, que coincidió con la gran huelga de 21 días de Aceiteros, Recibidores de granos y gremios marítimos, se barajaba una posibilidad que ya había lanzado la patronal meses antes: la formación de una cooperativa. Los límites de esta salida son conocidos, pero todavía lo son más en el marco de una actividad dominada por monopolios capitalistas agroexportadores. A través de la pérdida de sus conquistas salariales, los obreros terminaran haciéndose cargo del muerto dejado por la patronal. Y con un porvenir incierto, pues el boicot de los grandes operadores a la cooperativa terminaría con ella.

Al vaciamiento en curso, debemos oponerle la nacionalización de Buyatti, sin pago a sus vaciadores; y el empleo de sus activos para cancelar todas las deudas salariales con sus obreros, asegurar la vigencia del convenio colectivo y la reapertura de la planta. El actual desguace de la empresa o su venta a precio vil solo puede ser impedido con la ocupación. Naturalmente, este propósito exige una deliberación y un plan de lucha del SOEA; debatido en asamblea general.

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