Un análisis de la paritaria docente bonaerense

Escribe Julio Gudiño

Tiempo de lectura: 2 minutos

De acuerdo a la información provista por el Ministerio de Trabajo provincial la oferta que aceptó la casi totalidad del FUDB, con la excepción de UDocBA, es la siguiente: 34,7% de aumento nominal neto pagadero en 3 cuotas. Hacemos la distinción entre salario neto y básico porque el porcentaje de aumento sobre el básico es de 31,7% y no de 34,7% lo cual impacta en forma negativa sobre el conjunto de los jubilados del gremio. Todos los cálculos se hacen sobre la categoría “maestra de grado sin antigüedad” (cargo testigo).

Entonces, una maestra sin antigüedad pasa de percibir $36.000 en marzo a $48.500 en septiembre. Esto representa un aumento punta a punta de 34,7%. Sin embargo, este porcentaje de aumento nominal es engañoso porque el aumento no es en una cuota sino en tres y los porcentajes para cada tramo son de 14,1% en marzo a cobrar en abril, 6,4% en julio a cobrar en agosto y 11,1% en septiembre a cobrar en octubre. El total de los tres tramos, por lo tanto, es 31,6% y no 34,7%.

Otra cuestión interesante que surge del análisis del acuerdo paritario es que, a diferencia de otras paritarias, los aumentos no son retroactivos. O sea, el 14,1% del primer tramo no se aplica desde enero sino a partir de marzo y se cobra en abril. El salario arranca perdiendo con la primera cuota.

De conjunto esta paritaria firmada por los “secretarios generales”, a espaldas de las bases, consolida la pérdida de poder adquisitivo del salario docente durante 2020 y de los años anteriores (kirchnerismo y macrismo).

En 2020 los salarios docentes quedaron 5% debajo de la inflación anual (36,1% contra 31%). Si a esto sumamos la inflación de marzo que fue de 4% y febrero-marzo que rondaría el 8% tenemos que el salario docente al 31 de marzo está 17% debajo de la inflación y que la primera cuota ni siquiera repone lo perdido (14,1%). En conclusión, en abril el salario empieza perdiendo y hay que esperar a septiembre para cobrar la segunda cuota de 6,5% que será, también, devorada por la inflación antes de ser cobrada.

“La conectividad, te la debo”

Esta paritaria tampoco reconoce el sobre-esfuerzo de los docentes en sostener la continuidad pedagógica bajo la modalidad virtual. En ningún punto de la paritaria se compensa económicamente a los docentes que ponen de su bolsillo todas las herramientas tecnológicas y sus casas para lograr que la escuela sea posible en pandemia.

En síntesis, rebaja de salario docente y además el Estado sigue sin hacerse cargo de costear todos los elementos de trabajo necesario para el trabajo virtual tanto para docentes como para las familias de nuestros alumnos.

La paritaria 2021 puede ser calificada sin la menor exageración como una “paritaria a medida del FMI” porque el gobierno busca desesperadamente con estos ajustes el “déficit cero” para generar los recursos fiscales necesarios que garanticen el cumplimiento del pago de la deuda pública externa. Recordemos que, en febrero de 2020, antes de la emergencia de la pandemia, Kicillof defolteo una actualización salarial para cumplir con el fondo de inversión Fidelity. Nada nuevo bajo el sol, hay una continuidad estratégica en la política del gobierno provincial.

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