Escribe Emiliano Fabris
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Hoy se cumple el segundo día de la huelga de 48 hs. del 7 y 8, resuelta por una asamblea de 150 docentes. El reclamo es “suspender las clases presenciales en el distrito”. Una semana antes, la seccional había organizado una caravana educativa “ante el aumento de contagios frente a una segunda ola de Covid, la falta de condiciones de infraestructura e insumos para una presencialidad segura”. Para mañana está convocada una nueva asamblea. Mientras se desarrollaba la huelga, Alberto Fernández anunciaba una serie de lo que llamó “restricciones”, con el propósito de “proteger la presencialidad escolar”.
Los contagios registrados en forma oficial, casi 2%, o sea más de 20 mil- se vieron enlutados por una nueva muerte – de un docente de CABA. Dado el nivel de testeos que se practican en Argentina, los números son seguramente mayores. En Ensenada, los delegados del SUTEBA han resuelto un relevamiento de casos positivos en las escuelas y de aislados por Covid para conocimiento de toda la comunidad, que desmiente al gobierno. La asamblea votó también “ratificar que el ´plan jurisdiccional´ cogestionado entre el gobierno el FUDB (el conglomerado de sindicatos bonaerenses)- no garantiza las condiciones para la presencialidad y descarga la responsabilidad en los trabajadores de la educación y las familias”.
La huelga es una reacción combativa de trabajadores que educan en uno de los distritos con mayores índices de contagio, y por eso un ejemplo a seguir. La asamblea de mañana, viernes, seguramente votará nuevos paros. La política del sindicato, sin embargo, tiene contradicciones evidentes, porque pretende una “presencialidad segura”, que es inviable en las condiciones políticas establecidas. La ‘presencialidad segura’ es incompatible con el régimen político actual, pues debería cerrar todo lo que no es esencial, hasta cortar la circulación del virus, y financiar ese cierre a expensas del capital, que es el dueño de los recursos. Frente a esta decrepitud política, es necesario un boicot nacional a la presencialidad y recurrir a la educación a distancia. Una huelga indefinida para que se derogue la presencialidad y para que se ponga en marcha el trabajo virtual. El trabajo virtual, no es tampoco la solución de la crisis, porque todavía habrá que arrancar condiciones de conectividad reales y conseguir salarios dignos – un básico igual a la canasta familiar integral. Frente a un gobierno que ha vuelto a hacer demostración de incapacidad para hacer frente al ‘tsunami’ (Kicillof) de contagios, es necesaria una huelga indefinida contra la presencialidad y por el trabajo remoto (hasta la superación de la crisis humanitaria), o sea, una lucha todavía más enérgica para la provisión de condiciones de una educación a distancia, incluidas, por sobre todo, las condiciones laborales.
Cuando los promotores de la “presencialidad segura” dicen, ahora, que “esas condiciones no fueron garantizadas”, es necesario que saquen las conclusiones, y no insistan en el rumbo fallido. El agrupamiento de los Sindicatos Multicolor bonaerense podría hacer una convocatoria nacional a boicotear la presencialidad, incluido el medio de la huelga indefinida para que se derogue la habilitación de las clases en pandemia. No sólo acogerían el llamado los sindicatos y agrupamientos docentes, provinciales y municipales, de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Río Negro, sino también Amsafe Rosario y San Lorenzo, y los autoconvocados de todo el Noroeste. Las vacunas, el remedio científico contra la pandemia, no ha suprimido el carácter social y político de la crisis humanitaria – que no es otro que la incompatibilidad del capitalismo en decadencia con la naturaleza, con la salud y la vida de los seres humanos.
La controversia, en la asamblea, entre algunas agrupaciones, acerca de la modalidad y duración del paro, pone de manifiesto una confusión política poco menos que enorme ante la situación y las tareas planteadas. Es debatible si esa confusión se puede superar o no, pero lo que es claro es que los trabajadores de la Educación del distrito deben considerar el abandono unilateral de la presencialidad, la organización de piquetes y un plan de lucha por una conectivdad “segura” – incluido el planteo de la huelga indefinida para que se deroguen los decretos ‘presencialistas’. Después del discurso y del nuevo DNU de los Fernández, que va en sentido contrario a la aspiración de los docentes de Ensenada, esto es imperioso.
A la luz de los desafíos planteados, no sorprende que el movimiento contra la presencialidad en pandemia continúe creciendo. En La Plata y Morón hubo concentraciones docentes en reclamo de la suspensión. Las seccionales de Tigre y Escobar han convocado a asamblea para considerar la suspensión de la presencialidad. Estos movimientos han sido precedidos, en la mayoría de los casos, por la constitución de comités de lucha contra la presencialidad en pandemia. En CABA, hubo un fuerte paro de ADEMYS ante el fallecimiento de un docente por COVID. Los docentes del Nacional Buenos Aires resolvieron no iniciar las clases presenciales y lo mismo sucede con las escuelas pre universitarias de la UNS (Bahía Blanca). ADIUNT Tucumán para 72 horas.
La suspensión de la presencialidad no puede esperar a un desborde de contagios y muertes en las escuelas, que es el rumbo del gobierno. Organicemos la huelga general ante la presencialidad letal.