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Los contagios y muertes aumentan mientras circulan las nuevas cepas más contagiosas y letales, como lo advirtió a Ámbito (10/4) el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak. En Olavarría, advirtió, la ocupación de camas de terapia intensiva está al borde del colapso.
Para los casi 8 millones de jubilados y adultos mayores, la situación se agrava ante la falta de atención de las enfermedades preexistentes; el PAMI no atiende y los médicos de cabecera renuncian por las miserables capitas que cobran. Los medicamentos no son gratuitos como declara el gobierno – los de última generación son imposibles de adquirir. Muchos jubilados son rechazados en los hospitales y centros de salud aún con síntomas de covid- 19.
La falta de inversión en salud se hace sentir con fuerza. Por caso, en CABA, Horacio Larreta suspendió a partir desde el pasado 2 de abril “todos los turnos para estudios de laboratorio. Solo se hará la extracción y el procesamiento de muestras de pacientes covid”; “se suspenderán todos los turnos de operaciones, salvo oncológicas y cardiovasculares”; “en la internación se reducen las camas de cirugías programadas y se ampliaran progresivamente las destinadas a pacientes covid”, “las unidades coronarias se adecuan a la situación epidemiológica”; es decir se preparan para recibir pacientes de coronavirus. Esta modificación se replica en todo el país. Millones de dólares han sido destinados para las arcas de las patronales, de los bancos y del FMI.
La titular de PAMI Luana Volnovich tuiteó “Me acaba de llamar mi secretario médico para informarme que no hay camas de terapia COVID para afiliados del PAMI en CABA y estamos cerca del 100% de ocupación de camas de terapia en AMBA.” “En PAMI estamos recibiendo 16 mil llamadas de emergencia por día, cuando habitualmente son entre 5mil y 6mil”.
La vacunación marcha a cuentagotas. A este ritmo los 8 millones de adultos mayores serán vacunados después del invierno. Para el conjunto de jubilados y pensionados es imposible vivir con el haber mínimo de indigencia de $21.000 que cobra la abrumadora mayoría. El haber mínimo debería ser el 82% móvil de la canasta familiar (hoy en $120.000).
El gobierno nos dice “sálvese quien pueda”. Luchamos por una urgente vacunación gratuita y universal para los 8 millones de adultos mayores, un aumento de emergencia de $30.000 adicionales para todos los jubilados, pensionados y rentas vitalicias para financiar su aislamiento hasta que la vacuna esté disponible. Por un PAMI y ANSES dirigido por sus afiliados y trabajadores con cargos revocables.