Mar del Plata: enfermería marca el camino

Escribe Dante L

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Desde hace ya 14 días que se está desarrollando un acampe de enfermeras y otros trabajadores del hospital interzonal, del materno infantil y del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (INAREPS) en las puertas del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) de Mar del Plata. Reclaman por las condiciones ruinosas en las que se encuentran trabajando a pesar de ser esenciales y de enfrentar, desde el día uno, a la pandemia de Covid en la primera línea.

Los enfermeros perciben salarios de miseria (35.000 pesos de básico), lo que les obliga a tener más de un trabajo para sostener a su familia. No han tenido vacaciones durante el transcurso de la pandemia y se encuentran desbordados y obligados a realizar tareas que no les corresponden por la falta de personal. A esto se suma la falta de cualquier contención psicológica frente al enorme desgaste físico y psíquico que ha significado la pandemia y el encubrimiento de la precarización laboral bajo el rotulo de “becas” frente al cual reclaman el pase a planta permanente.

Los enfermeros salen de sus turnos en ambos hospitales y en distintos centros de salud y disponen del poco tiempo libre que tienen para poner el cuerpo en el acampe. Algunos incluso salen de trabajar, duermen a la intemperie en las puertas del hospital y vuelven a ingresar al día siguiente sin pasar por su casa. Una muestra de la tenacidad con la que las trabajadoras (en su mayoría mujeres y sostenes de hogar) enfrentan esta lucha.

Desde el comienzo del plan de lucha, se han realizado distintas movilizaciones y abrazos solidarios para coordinar con las distintas instituciones sanitarias de la ciudad que han despertado un enorme apoyo popular y de los trabajadores de los hospitales. También se han realizado festivales artísticos en el acampe para visibilizar el conflicto frente a la poca difusión, para la envergadura del conflicto, que ha tenido en los medios de comunicación.

El gobierno provincial viene haciendo oídos sordos a los reclamos de los trabajadores al igual que las autoridades hospitalarias. Los gremios que deberían estar involucrados -ATE y Salud Pública- se han desentendido del conflicto completamente. No vaya a ser que se incomode a la dirección de los hospitales puesta a dedo por el gobierno provincial ni al gobierno que pretende “anclar” la inflación que será mayor al 50% este año con salarios que no superen el 30% de actualización. En el día de hoy se va a estar realizando una nueva movilización a la Zona Sanitaria VIII para volver a colocar los reclamos.

En dialogo con las trabajadoras nos enteramos de los enjuagues con la plata que ingresa de las obras sociales y las designaciones a dedo en los cargos jerárquicos. El presupuesto 2021 ha eliminado los gastos relacionados con la asistencia social que requerirían los nuevos cierres, el insuficiente IFE entre ellos. Se anticipa de este modo el rechazo a nuevas medidas de cuarentena ante la segunda ola. Frente a este cuadro deberían ser los propios trabajadores quienes dirijan el sistema de salud y no el gobierno del FMI.

El gobierno que acusa a los trabajadores de la salud de haberse relajado, marcha con los ojos vendados hacia la catástrofe sanitaria sin tomar medidas efectivas contra el virus, como debiera ser el cierre de las actividades no esenciales, el sostenimiento de la población trabajadora, la centralización del sistema de salud, la incorporación de personal y el salario básico igual al costo de la canasta familiar para todo el personal de salud de forma inmediata.

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