Escribe Pablo Busch
...pero ni pulverizando el techo salarial alcanza para salir de pobre.
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Desde principios de año, trabajadores autoconvocados de las viñas mendocinas vienen reclamando un salario como corresponde. El reclamo, movilizado bodega por bodega y viña por viña, creció como un reguero de pólvora y se extendió con movilizaciones en otras provincias con actividad vitivinícola, como Tucumán, Salta y La Rioja. La situación lo amerita; en medio de un crecimiento de las exportaciones de vino, los trabajadores de cosecha perciben un salario inferior a $28.000 y los de bodega no llegan a $30.000. En ese marco, la paritaria de la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Foeva) estuvo enmarcada por una enorme presión de los obreros autoconvocados. El gremio, que venía pactando paritarias a la baja todos los años y que había planteado un reclamo inicial del 28%, se reposicionó pidiendo un 100% de aumento salarial.
Cómo la paritaria se empantanaba y la movilización obrera crecía, la Comisión Directiva de la Foeva convocó a una huelga nacional por 48 horas. Los autoconvocados y otros trabajadores del Sindicato, como la asamblea de Fernet Branca, decidieron convertir el paro en activo, con movilizaciones y piquetes en las bodegas y viñedos.
La negociación de la paritaria, con idas y venidas, terminó cerrando un acuerdo de un 47% Remunerativo (13% en marzo, 27% en Agosto, 37% en enero de 2020 y 47% en febrero 2022). Además, se acordaron sumas No remunerativas con las que, las categorías iniciales tanto de bodega como de viña alcanzan un aumento del 62% de aumento total (un 52% a partir de agosto). Cómo las sumas no remunerativas son fijas, representan menos porcentajes para las categorías más altas.
La Directiva de Foeva se llevó dos conquistas de la paritaria: una cometa de entre 350 y 400$ por trabajador para la "Obra Social", unos 16 millones de pesos mensuales, algo prohibido por los estatutos del Sindicato. Además, los trabajadores no afiliados pasarán a aportar, sin su consentimiento, un 1,5% de su salario al Sindicato. O sea que el aumento para los no afiliados es bastante menor, porque el aporte no es sobre el aumento sino sobre el total del salario.
El 62% de aumento para el operario inicial hace saltar por los aires la pauta salarial del 29% establecida por el Gobierno y acordada por la burocracia de la CGT. Mientras los Vitivinícolas se llevaban este porcentaje, Cavalieri suscriba un 32% para los trabajadores de Comercio, poco menos que lo conseguido por los Vitivinícolas.
Sin embargo, el acuerdo no alcanza para satisfacer el reclamo de los trabajadores en lucha: contra una canasta familiar arriba de los 100 mil pesos, los trabajadores de viñas y bodegas percibirán recién en Agosto un salario total inferior a los 45 mil pesos -muy por debajo todavía de la Canasta de Pobreza. Para alcanzar un salario equivalente a la Canasta Familiar -que en algunas bodegas como Fernet Branca se ha conquistado internamente- los trabajadores deberían haber conquistado un 400% de aumento. Ese es el punto de partida del salario, por lo que la discusión de porcentajes resulta engañosa: la consigna que se abre paso entre los autoconvocados de distintos sindicatos es la del Salario Mínimo equivalente a la Canasta Familiar.
El acuerdo entre Foeva y las empresas Vitivinícolas no fue consultado con los trabajadores, a pesar de que en las reuniones que se habían hecho con los autoconvocados, había quedado en claro que era lo que los trabajadores reclamaban. Los trabajadores Vitivinícolas llegarán a la conclusión de que la lucha por el salario está indisolublemente ligadas a la lucha por poner en pie una nueva dirección en los sindicatos, desalojando a la burocracia de los salarios de hambre y las paritarias a la baja.