Estatales: la interjuntas reaparece ante el silencio de la burocracia

Escribe Valu Viglieca - Delegada de ATE Cultura

Tiempo de lectura: 3 minutos

Empieza mayo, y para los estatales nacionales llega el mes de las paritarias. De la pasada no queda ni el recuerdo, este mes se cobrará la última cuota de 8 por ciento cuando sólo en enero hubo 4 puntos de inflación. También se acabaron los bonos acordados en paritaria para los salarios inferiores a 60 mil pesos. Como no fueron incorporados al salario, cobramos en abril menos que durante los primeros meses del año. La paritaria estatal va en reversa de los aumentos de tarifas y de los alimentos.

La Asociación Trabajadores del Estado –ATE- y Unión Personal Civil de la Nación- UPCN- firmaron un 25% en cuotas contra la voluntad de los y las trabajadoras. Lo hicieron en nombre de una supuesta solidaridad con quienes cobraban las IFE y las patronales subsidiadas por las ATP. Además, se comieron la zanahoria del pase a planta permanente. En los últimos años, el salario estatal se depreció en un 40%. Para empezar a hablar hay que recuperar lo perdido. Y dejar de tener compañeros precarizados, sin derecho a aguinaldo, vacaciones ni estabilidad laboral.

En medio del silencio de las conducciones -seccional y nacional- del sindicato, un puñado de Juntas Internas y de activistas se proponen organizar el descontento.

Las Juntas Internas que se reunieron el año pasado y que volvieron a darse cita este año somos una expresión de la presión real de nuestros compañeros, que no llegan a fin de mes. La mayoría estamos por debajo de la línea de pobreza. El propio Indec, organismo que se encarga de medir la pobreza “tiene un 70% de trabajadores por debajo de esa línea”, dijo Fabio Peñalva –secretario de la Junta de ATE Indec- en una conferencia de prensa realizada el último 5 de mayo frente a las puertas del organismo. No solo eso, además, “350 de los trabajadores son precarizados”. Estas proporciones se van repitiendo por todo el Estado Nacional, Provincial y Municipal.

Que el árbol no nos tape el bosque

Un frente único de Juntas puede ser el punto de partida de una reacción colectiva ante los planes hambreadores del gobierno y la entregada de las direcciones burocráticas.

Hay que superar los límites propios de su ámbito de incidencia: la “interjuntas” tiene que proponerse como canal de organización de Juntas Internas, de delegados y de todo el activismo que quiera luchar. Debe avanzar con mandatos de asamblea en cada lugar de trabajo como un frente único por el salario y por el conjunto de las reivindicaciones de los trabajadores.

Tenemos que impulsar estas convocatorias tomando la experiencia de los docentes de UTE y Ademys, que les impusieron a los defensores de la “presencialidad segura” tres semanas consecutivas de paros. Los repetidores de: “la docencia no para por los descuentos” se estrellaron con la voluntad de los docentes de pelear por la vida y la salud propia y las del alumnado. Sus pares en el Estado, los del “en el Estado no pasa nada” van por el mismo camino.

El llamado es a ponerse en pie por el salario, siguiendo el ejemplo de los neuquinos.

Ni dos horas habían pasado de la conferencia de prensa en el Indec cuando ATE Capital, Verde y Blanca, sacó un flyer planteando: “recuperar salario para ganarle a la inflación y que no haya estatales por debajo de la línea de pobreza”. Si el reclamo fuera genuino la seccional tendría que sumarse al plan de luchas de la Interjuntas, convocar al paro y movilizar al Ministerio de Economía.

Esta pirueta debe servirnos para reabrir la discusión con cada delegado y activista de las Juntas Internas Verde y Blanca, que están tan asfixiados por la situación salarial como los que se reúnen en la Interjuntas. Es la razón por la cual la Comisión Nacional de Valores, (Verde y Blanca) tuvo que votar un paro de tres días semanas atrás.

Los sectores que están luchando en su sector pero que aún no han dado el paso a sumarse tienen que aunar su fuerza al colectivo. La fuga de profesionales del Estado se verifica en todos los organismos aunque se note más en el ámbito científico. El ajuste que año tras año recae sobre los trabajadores en general y los estatales en particular es el centro del problema de la fuga de cerebros. Un salario mínimo igual a la canasta familiar reconstituiría todos los organismos.

¿Qué hacemos?

Construyamos asambleas sin distinción de afiliación en cada organismo nacional, mirémonos en el espejo de las autoconvocatorias.

Defendamos el derecho a la vida como lo hacen los docentes en su lucha contra la presencialidad.

Derecho a la vida también es tener un salario que nos permita llegar al otro mes. Pase a planta permanente y por el fin de las tercerizadas.

El miércoles 12 de mayo vayamos todos al Ministerio de Economía. Plan de lucha por un salario igual al costo de la canasta familiar.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera