Tiempo de lectura: 3 minutos
El jueves 20 de mayo se desarrolló una nueva asamblea docente convocada por el sindicato Ademys, con la presencia de más de 200 docentes de la Ciudad. La asamblea tuvo lugar en un cuadro de agravamiento exponencial de la pandemia. La presencialidad escolar en pandemia y sin vacuna, al servicio de la rueda de la economía, fue catalizador de este desmadre sanitario. La burocracia sindical se limitó a paros domingueros y la conducción Multicolor siguió enarbolando sus ¨10 puntos para un retorno seguro¨. El GCBA aplicó descuentos a los compañeros que pararon contra la presencialidad, pero ahora debería devolverlos con recargo por su responsabilidad en la actual ola de contagios y fallecimientos.
Mientras se desarrollaba la asamblea se esperaban los anuncios de nuevos confinamiento de Fernández y Larreta. El anuncio presidencial incluyó un cierre total de escuelas en todos los niveles, en los nueve días de cuarentena. Quedó en claro que sólo afectaría tres días laborables. El propósito de anunciar el confinamiento en cuotas es evitar el otorgamiento de un Ingreso Familiar, que contempla un período más largo. No se garantiza ningún apoyo económico que permita al conjunto de los trabajadores afrontar el aislamiento necesario. Por su parte, desde el gobierno porteño no se garantiza la educación virtual, y se sigue candidateando a ser el primero en reanudar la presencialidad.
Con antelación a la asamblea de Ademys, se realizó una reunión del colectivo Docentes contra la presencialidad en pandemia en CABA, en donde discutimos, junto a otros/as compañeros/as, la situación del sindicato a nivel general, lo que iba trascendiendo sobre posibles medidas del Ejecutivo nacional y porteño, y la necesidad de retomar el camino de la huelga a partir del 30 de mayo.
La mayoría de las intervenciones en la asamblea tuvieron como eje retomar el camino de los paros y se posicionaron en contra de la presencialidad en pandemia. Las dos mociones que se contrapusieron y que se sometieron a votación estuvieron relacionadas a cuestiones estratégicas: la dirección Multicolor de la CD de Ademys propuso un paro para el primer día hábil de la semana próxima en el caso de que Larreta no acatara las medidas nacionales y una serie de acciones callejeras, además del pronunciamiento por la suspensión de clases presenciales en todo el país y la campaña de vacunación. Por otro lado, la moción que presentamos, unificada, desde TD Tendencia, Docentes en Clase y la Conti Santoro fue un paro para el día viernes 21 de mayo, una nueva jornada huelguística el miércoles 26 (luego de los feriados) en la perspectiva de un paro por tiempo indeterminado y, también acciones callejeras, incluyendo una concentración en Jefatura de gobierno porteño, en apoyo a los/as docentes autoconvocados/as de educación especial que allí se encontrarían reclamando por el pase a la virtualidad.
Desde Tribuna Docente Tendencia intervinimos colocando nuevamente que la presencialidad no puede ser ni administrada ni cuidada en este contexto y que el pronunciamiento de - cada vez más - docentes por la suspensión de clases presenciales en pandemia es notorio. Por ello, planteamos la necesidad de convocar a un fuerte paro para el día viernes, o sea con piquetes.
La moción de la conducción Multicolor del CD obtuvo un 68% de los votos. Mientras que la moción presentada por Tribuna Docente Tendencia, unificada con los compañeros de Docentes en Clase y la Conti Santoro, obtuvo un 33%.
Ante las intervenciones de algunos/as miembros del CD Multicolor de Ademys que hicieron una defensa cerrada del accionar del sindicato en lo que va del año, acusando de “rupturistas” las posiciones contrarias, en medio de gritos y extensión en el tiempo de intervención, señalamos que eran métodos inaceptables en un sindicato que se reivindica clasista y antiburocrático. Enfatizamos que las diferencias políticas, estratégicas y tácticas son válidas y deben ser expresadas. La conducción Multicolor pretende que la docencia se olvide de que hizo punta en la campaña por la “presencialidad segura”, cuando la patronal de la educación privada y la ministra Acuña hacían lo mismo.
Cada quien debe hacerse cargo de sus propias responsabilidades.