Asbesto en el Subte: pongamos fecha al plan de lucha

Escribe Agrupación Trabajadores de Metrovías

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Los trabajadores del subte venimos protagonizando una serie de conflictos con paros por línea en las líneas B y E y también paros de todo el subte. En todos los casos el eje fue la defensa de la salud y la vida contra la política criminal de Metrovías y los gobiernos, que exponen a los trabajadores y sus familias, tanto al cancerígeno asbesto como al Covid. Ante la acumulación de afrentas contra la salud obrera, el plan de lucha discutido inicialmente en el cuerpo de delegados es más necesario que nunca.

El asbesto causó dos muertes en los primeros meses del año, un jubilado y un trabajador activo. El asbesto (o amianto) es un elemento cancerígeno presente en todos los rincones del subte, como formaciones y talleres. Una situación por la cual funcionarios de Larreta y los directivos de Metrovías deberían pagar penalmente, ya que habilitaron la compra de trenes contaminados cuando ya estaba prohibido en el país. La muerte de Jorge Pacci, a quien la propia empresa y la ART le habían reconocido su afección, generó una huelga de todo el subte, resuelta en un plenario de delegados que discutió la importancia de darle continuidad hasta tener una respuesta seria de la patronal.

Se reclama que sean incorporados todos los trabajadores del subte en el Relevamiento de Agentes de Riesgo (RAR) de la empresa y la ART por asbesto, lo que implica estudios de por vida ante la exposición a la que han sido sometidos. Se trata de extender a todo el subte una conquista o reconocimiento que se ha logrado con la lucha pero que aún no es aplicado a todos los compañeros.

Los trabajadores reclamamos el recambio de todas las flotas contaminadas, el retiro de todo el material con asbesto en talleres y estaciones, y la realización de obras de recambio de aire, en primer lugar en el Taller Rancagua donde los obreros se encuentran haciendo una retención de tareas desde hace dos años, sin obtener respuesta alguna, a pesar de ser el sector con más afectados (12 trabajadores), el propio Pacci había pasado unos años antes por este sector.

La exigencia de una respuesta inmediata a los obreros de Rancagua es un tema central, si luego de dos años de reclamos, el sector con más trabajadores afectados por el amianto, sigue sin obtener respuestas, con dilaciones permanentes de la patronal que ya constituyen una burla, mientras la patronal les paga un plus a otros trabajadores para que realicen tareas en cualquier condición con el visto bueno de la UTA. ¿Qué esperanza le puede quedar al resto de los trabajadores?

Consciencia en los compañeros del Subte sobra. Por ello ante la muerte de los compañeros respondieron unánimemente y sin fisuras a la medida de fuerza. No es para sorprenderse. Un colectivo obrero que tiene internalizado el concepto de parar frente a un despido, no necesitan mayores explicaciones a la hora de parar ante la muerte.

La segunda ola no debe ser motivo para admitir que la empresa siga incumpliendo sus compromisos y las ordenes de la justicia que ha fallado en su contra. Nadie en su sano juicio puede pretender que un colectivo obrero se exponga alegremente a la muerte, en nombre de que el transporte “no debe detenerse por la pandemia”. Tan sobrados, irrefutables y dramáticos son los fundamentos del reclamo obrero, que el paro realizado contra el asbesto y las muertes obreras ni siquiera pudo ser atacado por los medios (como suelen hacerlo).

Pero sin continuidad, el paro termina siendo una medida para expresar o descomprimir la bronca. Sin embargo nuestra lucha tiene que buscar y arrancar soluciones. No podemos esperar nuevas muertes para volver a parar mientras la empresa no hace nada para modificar las condiciones que generan esas muertes. Por ello necesitamos encarar un plan de lucha ya.

La lucha por la salud y la vida recorre el subte

El reclamo contra el asbesto no ha sido un rayo en cielo sereno. Tras la huelga por asbesto sobrevino otra de la Línea E, por la reticencia del departamento médico de la empresa a aislar los contactos estrechos de los casos de Covid, que ya se ha llevado la vida de por lo menos 19 trabajadores del Subte entre operarios y encargados, con un promedio de muertes mucho más alto que el nacional -que es muy alto también- y uno de los mayores del mundo. También semanas antes del conflicto por asbesto paramos todo el subte contra la intención de Metrovías de hacer regresar al trabajo a los mayores de 60, luego hubo una huelga una huelga de 24 horas en la B contra la ruptura de burbujas por parte de Metrovías, que respondió con la represalia de cinco juicios de desafueros a delegados. Previamente en un conflicto similar en la Línea C, también había amenazado con desafuero a sus delegados.

En definitiva la lucha en defensa de la salud y la vida, que es un eje de la actual lucha de clases, en el subte está más vigente que nunca, con una patronal que ha militado como pocas a favor del aperturismo y la presencialidad (asegurando que el transporte no contagiaba!), que ha intentado en más de una oportunidad desconocer casos de contactos estrechos de Covid, y que no tiene empacho en burlar todo el tiempo ya no solo los reclamos, sino incluso sus propios compromisos respecto del asbesto, y por otro lado con un colectivo obrero con mucha experiencia de lucha y que cada día está más harto de los atropellos de la empresa. Se trata de una lucha que empalma con reclamos en defensa de la salud y la vida que recorren a todo el movimiento obrero.

Sin embargo, en lugar de proseguir el plan de lucha, y unir lo que en definitiva son reclamos en defensa de la salud y la vida, la directiva de AGTSyP separó los problemas, se hizo por un lado una reunión de sindicatos contra los desafueros, por otro lado se organizó una reunión con la empresa para exigir determinadas condiciones ante el Covid, luego se fue a una serie de asambleas para discutir las paritarias, y así la cuestión del asbesto y el plan de lucha fue quedando en un compás de espera que comienza a hacerse eterno, mucho más para quienes, como en Rancagua, tienen 12 casos confirmados y siguen esperando por obras que le han sido prometidas múltiples veces sin que se concreten.

Al mismo tiempo la directiva en el último plenario de delegados que discutió el tema asbesto, defendió la perspectiva de medidas de fuerza de todo el subte para exigir respuestas por Rancagua y por los recambios de flota, sin embargo no acompañó a quienes proponíamos una continuidad inmediata. Necesitamos delinear y poner fecha al plan de lucha en forma imperiosa.

No podemos esperar más. Llamamos a impulsar un plan de lucha progresivo en defensa de la salud y la vida que conjugue los reclamos urgentes por la desabestización, y en defensa de las medidas sanitarias por el Covid, y por nuestro derecho a luchar. 1) Por una respuesta inmediata para Rancagua, la incorporación de todos los trabajadores del subte al RAR por asbesto y un compromiso firmado y con plazos serios de recambio de flotas y desabestización del conjunto del subte. 2) Por la formación de un comité de crisis frente a la segunda ola del Covid, con poder de veto de los trabajadores, respeto de los protocolos y burbujas y aislamiento automático de las mismas cuando se detecta un caso sospechoso en su interior, por vacunas para todos. 3) Contra la persecución a los delegados y a todos los trabajadores por luchar por su salud, abajo los desafueros a los compañeros de la B.

Vayamos a un plan de lucha. La vida y la salud no pueden esperar.

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