Universidad de Rosario: con la ´tercera ola´ en puerta, el Rector impulsa la vuelta a la presencialidad

Escribe Ciro Poreba

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El pasado viernes 2 de julio el rector radical de la UNR Franco Bartolacci -quien asumió a partir de la alianza entre radicales, peronistas y kirchneristas- señaló que su objetivo es volver a las clases presenciales tan pronto acabe el receso invernal. Esta tentativa se enmarca en la discusión que los rectores de las universidades nacionales realizaron en el plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en la cual resolvieron ir retornando a la presencialidad, “atendiendo a las realidades sanitarias y geográficas de cada región”. En Santa Fe, por decir lo menos, la situación sanitaria es catastrófica.

Bartolacci se suma al coro de Perotti, la ministra de Salud Martorano y la ministra de educación Cantero, quienes, frente a un “amesetamiento de la curva”, retornaron rápidamente a la presencialidad en primaria y secundaria. La precipitada decisión fue expuesta a los medios de comunicación sin explicación alguna.

Pero el argumento se cae frente a una tercera ola en ciernes. Menos del 10% de la población recibió las dos dosis de la vacuna y, según especialistas, la nueva variante Delta sería hasta un 60% más contagiosa y aún resta ver su eficacia frente a la nueva cepa. Por ello, la vacuna no garantiza bajo ningún punto de vista la inmunidad de estudiantes, docentes y no-docentes. Hablar de un retorno a la presencialidad en agosto es sencillamente criminal.

En la UNR, la pandemia ha acentuado los números de la deserción, llegando al 50% de la matrícula en los primeros años. Frente a la carestía de vida, las becas son insuficientes para cubrir el pago de altos alquileres, insumos básicos y material educativo, o subsistir con salarios de miseria y trabajos precarios. El rectorado tampoco ha realizado un empadronamiento en cada unidad académica para relevar quienes son los estudiantes que necesitan recursos tecnológicos (PC, modem, etc.) para garantizar la virtualidad. En este escenario las conducciones estudiantiles brillan por su ausencia. La FUR -conducida por el ALDE-PCR y sectores del peronismo-, no ha desarrollado instancias de deliberación de ningún tipo, dada su completa adaptación al Estado y a las autoridades.

El movimiento estudiantil debe hacer frente a este atropello de las autoridades universitarias. Defendemos la NO presencialidad en pandemia hasta que se logre la inmunidad de la población mediante la vacunación masiva, en resguardo de la vida de los estudiantes, los docentes y sus familias. Frente a la parálisis de la FUR y de los centros de estudiantes, es necesario abrir la deliberación de todo el claustro estudiantil y docente por medio de asambleas virtuales, colocando el reclamo de insumos tecnológicos para estudiantes y profesores; y también el aumento salarial y la defensa del convenio colectivo para los docentes; por becas para sostenerse en la universidad, y contra el intento de presencialidad de Bartolacci y los decanos.

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