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El pasado lunes 2 de agosto, en el marco del paro que habíamos votado en forma previa al receso escolar, se desarrolló una asamblea docente convocada por Ademys. Sus resoluciones fueron las de llevar adelante un paro por 24hs el próximo lunes 9, impulsar asambleas por escuelas y con familias y acciones por distritos.
Esta propuesta fue postulada por la Multicolor en la CD del sindicato. En la misma, además, incluyeron la ratificación de los “10 puntos por el retorno seguro” y la defensa del “índice epidemiológico” para “determinar el riesgo de las aperturas”.
El escenario que atravesamos los y las trabajadores de la educación, los estudiantes y las familias es una avanzada del gobierno porteño de la mano de la nueva “normalidad”, reclamada por el arco empresarial. Amparado en la presencialidad que sostiene el gobierno nacional, Larreta pretende avanzar con una presencialidad plena en los tres niveles educativos y todas las modalidades. Esta pretensión choca con una realidad histórica de las escuelas en cuanto a deficiencias edilicias, aúlicas y otras cuestiones de infraestructura que han recrudecido con la pandemia en curso.
Diferentes posiciones fueron colocadas en las intervenciones, frente 150 asistentes a la asamblea. La posición de la Multicolor en el CD fue la de seguir sosteniendo el “retorno seguro”, haciendo eje en la necesidad de perpetuar los protocolos y apelando a los índices epidemiológicos para la suspensión -o no- de las clases presenciales.
Esta posición implica aguardar a que la situación llegue al borde del colapso y, recién ahí, exigir la suspensión; además, está claro que no hay ningún retorno “seguro” o “cuidado” en este contexto epidemiológico y en puertas de la tercera ola. La variante delta está forzando al confinamiento en vastas regiones a nivel mundial. La presencialidad escolar (inclusive con esos protocolos), detonó la llegada de la segunda ola a comienzos de año. Hay evidencia de sobra. Recordemos, por otra parte, que incluso el ministro de Larreta, Quirós, calificó la llegada de una tercera ola como “inevitable”.
La propuesta de Tribuna Docente Tendencia y Docentes en Clase (agrupación que integra la CD del sindicato) fue denunciar que la presencialidad está directamente conectada con el aumento de los contagios, la proliferación de nuevas cepas y el colapso sanitario; y que la presencialidad es el reclamo de las patronales de la educación privada para seguir cobrando sus aranceles y de las patronales en general, para no pagar licencias por el cuidado de hijos. Por todas estas consideraciones, señalamos, debíamos retomar el camino de la lucha por la suspensión de las clases presenciales en pandemia. Como medidas, y sumando la problemática salarial al cuadro de situación, propusimos el desarrollo de paros progresivos, comenzando con 48 horas de huelga la semana próxima y una nueva asamblea para definir continuidad.
Mientras tanto, la UTE ha “organizado” plenarios por sector, con nula difusión y participación de las bases. Para intentar disimular su inacción frente a la adaptación absoluta a la política gubernamental nacional, el lunes -en el marco de un paro que no convocaron-, se hicieron presentes en la Jefatura del GCBA para presentar un escrito con firmas en contra del abandono de los protocolos por parte del gobierno porteño. Una puesta en escena fantasmal, repudiada por un amplio sector de la docencia.
En las escuelas, sin embargo, crece aún más la preocupación por el contexto que atravesamos.
Es necesario el desarrollo de asambleas por escuelas, distritos, sectores y con familias que debatan estos problemas, con el norte de la suspensión.
Desde Tribuna Docente Tendencia reivindicamos el paro del 2 de agosto, pero hacemos una crítica a los paros aislados que se proponen. Al contrario, creemos que hay que construir una perspectiva de la mano de los paros progresivos y señalando con claridad todos los problemas que implica la presencialidad escolar para el conjunto de la sociedad, en este contexto epidemiológico, organizando la lucha por la suspensión y el reclamo de que el estado garantice la educación virtual, licencias para todos/as los/as trabajadores con menores a cargo y la vacunación masiva.
A su vez, sigue vigente la lucha por el salario igual a la canasta familiar, el aumento de emergencia del 50% y la lucha contra los descuentos por días de paro que hay vuelto a sufrir centenares de compañeros y compañeras con el pago de la última liquidación de haberes.