Jubilaciones: otro “aumento” de pobreza

Escribe Charly Petrillo – Jubilados Clasistas

Ningún jubilado debe ganar por debajo de la canasta familiar.

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A partir del mes de setiembre, los haberes de jubilados y pensionados y demás prestaciones sociales tendrán un aumento del 12,39%. El haber mínimo pasaría a ser de $ 25.923, la PUAM (Pensión Universal al Adulto Mayor) será de $ 20.738 y la Prestación No Contributiva (PNC) a la vejez, $ 18.145. Todos valores por debajo de la línea de pobreza. Casi 5 millones de jubilados y pensionados cobran esta miseria.

La fórmula de movilidad del gobierno FF debutó con un aumento trimestral del 8,07% tomando como base los cálculos del cuarto trimestre del 2020, cuando la inflación llegó al 11,34%. En junio, el aumento fue de 12,12% frente a una inflación en el primer trimestre del 2021 del 13% (Clarín, 10/08). Ante ese deterioro, la ANSES otorgó dos bonos de $1.500 en abril y mayo y otro de $5.000 en agosto, pero sólo para los haberes más bajos y por única vez. De esta forma, la pirámide se sigue achatando. Así en agosto cobraremos $28.000 y a partir de setiembre, volveremos a retroceder a $25.900.

Este aumento del 12,39% no toma en cuenta el bono percibido en el mes de agosto. Por lo tanto la suba acumulada de las jubilaciones según el índice de movilidad más los bonos, sumarán el 36,2% a septiembre. En noviembre será la próxima actualización. Pero a esa altura, la inflación anual podría rondar el 45-50%. Seguimos perdiendo. Dada esta situación, el gobierno discrecionalmente puede decidir la entrega de más bonos, mientras sigue esquilmando a los jubilados.

Según la ANSES, el aumento acumulado a setiembre del 36,2% es mayor al que hubiere resultado con la ley del gobierno anterior, estimado en 33,7%. Pero en 2020 no fue así. Según la fórmula del macrismo, el incremento hubiera sido del 42%, mientras los aumentos por decreto de los Fernández sumaron el 24,3% para el haber máximo y 35,3% para la jubilación mínima. Desde setiembre del 2017 a diciembre del 2019 las jubilaciones y pensiones perdieron un 19,5% frente a la inflación. En el 2020, la disminución fue del 8,7%.

En la fórmula de movilidad no hay ninguna garantía que permita actualizaciones frente al aumento incesante de los precios especialmente el de los alimentos. A esto se suma la exención de los pagos previsionales a las patronales y el constante saqueo al Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS). Mientras tanto se pagan millones de dólares de una deuda usuraria.

El ataque al sistema previsional es demoledor. Ahora “todistas” y “juntistas” se subieron al ring electoral, embelleciendo sus discursos para ganar votos, pero la realidad es que ambos sectores levantaran unidos las manos en el futuro Congreso y sellando la grieta votarán las leyes de mayor precarización laboral y la profundización del ataque a las jubilaciones, en aras del acuerdo con el FMI.

Fuera el FMI. No al pago de la deuda. Por salarios y jubilaciones igual al costo de la canasta familiar (hoy en $130.000).

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