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El pasado martes 17, en horas de la tarde, los vecinos del municipio de Esteban Echeverría organizados en la Tupac Amaru fueron reprimidos cuando se encontraban movilizados sobre el Puente Pueyrredón.
Los compañeros denuncian continuos incumplimientos de compromisos asumidos por parte del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, en el ingreso prometido al Potenciar Trabajo y en la entrega de mercadería que debían concretarse este mes. En el mismo sentido denuncian el desamparo completo de parte de los funcionarios municipales de Esteban Echeverría, que no cumplen con la entrega de alimentos pautada para los comedores populares.
La situación económica para amplios sectores de trabajadores desocupados es insoportable. La miseria y el hambre están ligados al ajuste en curso y a la destrucción de los salarios y jubilaciones. Hoy en Argentina llegan a más de 18 millones la población pobre y son más de 5 de millones los indigentes. Los pocos que consiguen algún ingreso lo hacen precarizados, en negro y en jornadas extenuantes.
La represión fue ejecutada por fuerzas de Gendarmería y Prefectura, en un operativo policial desproporcionado que golpeó y lesionó a mujeres y niños. Con gas pimienta, balas de goma y palazos, se respondió a los reclamos genuinos de los vecinos. Fueron detenidos los compañeros Leonardo González y Franco Monserrat (de 14 años). Ambos, aun a estas horas, continúan alojados en la comisaría de Yrigoyen al 1800 CABA. Reclamamos la libertad de todos ellos.
El Polo Obrero Tendencia emitió un comunicado inmediatamente sucedidos los hechos donde repudiamos la represión, denunciamos la responsabilidad del presidente Alberto Fernández y del ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta por la represión y la falta de respuestas.
La represión a la protesta social, en un marco de miseria generalizada, es sintomático de lo que el gobierno prepara a los desocupados y a los trabajadores en lucha. Los pagos de la deuda y los compromisos asumidos con el FMI, vienen a imponer más hambre y pobreza, con una reforma laboral y previsional, y un recorte de la asistencia.
Pese a estos intentos de reprimir y acallar la protesta, los desocupados seguirán en las calles.
