40 años de “Wadu Wadu” de Virus, la banda que nos sacó del agujero interior

Escribe Matias Melta

Tiempo de lectura: 4 minutos

Se cumplieron 40 años del lanzamiento de “Wadu Wadu”, primer disco de Virus, la influyente banda platense que jalonó el estallido New Wave de los años 80 en Argentina. El grupo, encabezado por los hermanos Julio y Marcelo Moura tras la muerte de Federico, anunció su gira despedida para el 2022.

Pretexto ideal para reconstruir la historia de una de las bandas más importantes del rock y el pop en Argentina y Latinoamérica.

Ausencia

El 8 marzo de 1977, la casa de los Moura, una familia de clase media de La Plata, fue ocupada en la madrugada por un grupo de tareas de la dictadura cívico-militar. Hicieron esperar en el living a toda la familia hasta que llegara Jorge, uno de los hermanos, dirigente del ERP, brazo armado del PRT. Cuando llegó, se lo llevaron y lo desaparecieron.

Transcurrido un tiempo, sus hermanos menores Federico (voz), Julio (guitarra) y Marcelo (teclados) decidieron que, sabiendo bien que lo que rondaba en el aire en esa dictadura era muerte, oscuridad y opresión, la combatirían desde la música, generando un espacio de intento de libertad y de vida, también como un legado de Jorge. Es así que formaron Virus, junto al bajista Enrique Muguetti y el baterista Mario Serra.

El rock es mi forma de ser

El debut de la banda fue en un club de La Plata el 11 de enero de 1980. La fecha es muy simbólica: desde el primer show, quedó claro que Virus irrumpía para romper con lo establecido en cuanto al “rock nacional” y que nada sería igual en esa década y en adelante. Cargados de New Wave (escena musical nacida en los 70 que englobó a varios estilos), la velocidad y la precisión que desplegaban, vanguardista, fruto de su profesionalidad, era toda una novedad. Ese profesionalismo casi marcial era confundido, muchas veces, con frivolidad o frialdad.

Virus tenía, además, algo único: su cantante, Federico Moura. En el escenario, su magnetismo, sensualidad y presencia poderosa -abrasiva pero al mismo tiempo delicada- generaba fascinación. Federico era abiertamente gay y no lo ocultaba.

En 1981 editaron su primer disco, “Wadu Wadu”. El mismo es un compendio de exquisitas canciones de power pop, potente y vertiginoso, de trazas bien rockeras. Las letras también eran novedosas: algunas utilizaban la ironía (“No fumo, soy moderno” o “Súper color”) y otras retrataban la tiniebla dictatorial (en “Densa Realidad” Federico canta: “Quiero ver mi ciudad / que levante la cabeza (...) Para juntos practicar / nuevas formas de encarar / esta densa realidad”). Un colaborador fundamental de la lírica de la banda, desde este debut y en el resto de su obra, fue el artista plástico, perfoner, sociólogo y escritor Roberto Jacoby. Su aporte fue desarmar cierta rigidez de las letras que producía el grupo y que al mismo Federico no terminaban de conformar. Buena parte de sus ingeniosos giros, innovaciones y códigos traspolados del ambiente gay se deben a esa alquimia entre el grupo y su colaborador. Virus hacía mover el cuerpo, sin dudas. El hedonismo que pregonaba la banda, sus líricas sobre el placer y el goce, tenia la contracara del llamado colectivo a construir algo nuevo, superador. Invitaba a “salir del agujero interior”.

Federico era una persona muy culta, pero entendía que “la inteligencia es una parte más (...) Hay mucha gente que cree que atender el cuerpo es una cosa estúpida, que bailar es perder el tiempo. Yo creo que atender el cuerpo es igual a atender la mente: es tan elevado lo uno como lo otro.” Esta definición le cabía, en gran medida, a Virus.

El banquete

El 16 de mayo de 1982 la dictadura militar organizó un festival llamado “Festival de la solidaridad latinoamericana”. La misma lo presentaba, cínicamente, como un llamado a la paz en medio de la guerra de Malvinas. Virus fue convocada y, poniendo en riesgo su vida (quienes habían desaparecido a Jorge sabían quienes eran los hermanos Moura), se negaron a tocar, delimitándose así de artistas como Charly García o Leon Gieco, que con posturas “pacifistas” se presentaron. Los nuevos rockeros “frívolos” tomaban la jugada posición política que los viejos rockeros “conscientes” debieron tener. Ese fue otro quiebre en el rock nacional.

Dicha Feliz

Luego de la dictadura y de la edición de otros tres discos, llegaría el éxito con el lanzamiento de “Locura”, en 1985. El mismo era una evolución y otro quiebre (más): la preponderancia del uso de la tecnología (con teclados, sintetizadores y secuencias MIDI) que había sido otro elemento de vanguardia de la banda, ahora se desarrollaba más dando paso a un sonido aún más pop (que incorporaba elementos de otros estilos de New Wave como el New Romantic)y de una enorme calidad, que resonaba a grandes agrupaciones internacionales del género como Duran Duran, Squeeze o Devo. El nuevo disco contenía un hit atrás del otro, además del archi conocido “Luna de miel en la mano”. La explosión de fama en el país y Latinoamérica (en especial en Chile) fue instantánea y gigante.

Epocalipsis

En 1987 la banda se instaló en Río de Janeiro para grabar el disco “Superficies de Placer” y todo se transformó en pesadilla: Federico fue diagnosticado con VIH. Muy enfermo y debilitado, poniendo todo de sí, completó la grabación, de una obra que probablemente es la mejor de la discografía de la banda.

Dejó indicaciones explícitas de que Virus debía seguir después de su muerte y el 21 de diciembre de 1988 falleció.

Encuentro en el río musical

Sabiendo que su muerte era cuestión de tiempo, Federico le pidió a Jacoby una letra de despedida para sus fans para incluir en el disco “Superficies de Placer”. En “Encuentro en el río”, Federico canta: “Aflójate / Sonríe fugaz / Mi cuerpo astral tomará tu ser (...) El río musical / Bañando tu atención / Generó un lugar / Para encontrarnos.”

Tantos años después, la pulsión de vida, libertad y goce de Federico se encuentra presente, en todos los que nos dejamos atravesar por Virus y la pasión que despierta. Ese lugar, generado para encontrarnos, se encuentra inmutable, indomable como el propio Federico.

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