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El retorno a la presencialidad en los organismos públicos tiene fecha fijada. Según una resolución del Gobierno Nacional, los y las trabajadoras estatales debemos presentarnos a trabajar de manera presencial a partir de este miércoles 1 de septiembre. La misma norma señala que cada área deberá disponer el armado de las burbujas para garantizar el retorno y que los trabajadores deberán ser convocados con 72 horas de antelación.
La noticia llegó de manera dispar a los organismos ya que algunos desde la semana pasada se disponen a garantizar que se cumpla con la norma mientras otros hablan de un retorno “flexible” o por etapas porque, en la voz de los jefes directos, “el teletrabajo funcionó y no hay que apresurar”. Las diferencias tienen más que ver con el grado de organización que se dieron los trabajadores en cada lugar que con si funcionó o no el teletrabajo.
El teletrabajo funcionó en todos los organismos no esenciales, inclusive se ha cuantificado que se trabajaron más horas y con franjas horarios superiores ya que quienes desenvolvían tareas de cuidado ingresaban a cumplir sus tareas cuando podían. Para que funcione los trabajadores pusieron a disposición del Estado sus propios equipos de trabajo, el gasto de luz y de Internet, nada de eso fue contemplado en la reciente paritaria.
Andrés Rodríguez de UPCN hace semanas que está recorriendo los medios de comunicación militando el regreso a las oficinas. En un año y medio, los edificios no fueron modificados y, los que trabajaron con presencialidad como es el caso de ANSES, registran un número de contagios y muertos equivalente al de la ´primera línea´ de salud. Ni UPCN ni ATE convocaron a los trabajadores y trabajadoras para ver qué opinan del retorno en medio de que la Cepa Delta llegó a la Ciudad y ya se presentaron dos casos en la Biblioteca Nacional dependiente del Ministerio de Cultura.
¿Por qué habrían de haber consultado a sus afiliados si tampoco lo hicieron para firmar una paritaria que deja a la mayoría de los salarios por debajo de la línea de pobreza hoy en 65 mil pesos?
En la mayoría de los organismos no existe la ventilación cruzada, ni la posibilidad de distanciar a los y las trabajadoras por más de metro y medio. Las licitaciones millonarias con empresas tercerizadas de limpieza son harto conocidas como negociados donde siempre falta personal y materiales para higienizar. La presencialidad en el Estado no será otra cosa que un espejo de lo que ya está sucediendo en las escuelas: decenas de burbujas suspendidas por contagios y centenares de alumnos aislados a dos semanas de empezar con la presencialidad total.
El retorno a la normalidad haciendo oídos sordos al crecimiento de los asilamientos, el sostenimiento de los contagios, la falta de segundas y primeras dosis de vacunas, la llegada de la Cepa Delta y el abarrotamiento del transporte público es una política de Estado. La de garantizarle a las patronales privadas que avancen sobre las licencias y el personal de riesgo. Además, se proponen llegar a las PASO con una apertura total.
Desde Tribuna Estatal Tendencia sostenemos que hay que apostar a las asambleas de sector que van surgiendo por la propia inquietud de los trabajadores y defender el no retorno. Ni ATE ni UPCN van a convocar a nadie para defender el derecho a no enfermarse en este escenario, por eso las autoconvocatorias acompañadas por los delegados y delegadas honestas y por el activismo tiene que ser el camino para frenar un retorno injustificado por donde se lo mire.
Allí donde hay organización, primero “van a medir las oficinas y verificar los protocolos”. Por eso hay que llamar a organizar asambleas por sector sin distinción de afiliación que impongan el teletrabajo y recuperen las licencias para los trabajadores de riesgo y las trabajadoras encargadas del cuidado de los menores.
No a la presencialidad de los no esenciales.
Licencias pagas para las y los trabajadores con tareas de cuidado durante los aislamientos de los y las niñas.
Vacunación masiva.
