Tiempo de lectura: 3 minutos
El golpe que el oficialismo recibió en las urnas el domingo pasado fue una respuesta frente a la crisis social y económica que atraviesan los trabajadores. Los niveles de desocupación no han retrocedido ante la esperada recuperación económica que iba a traer la apertura total según los guarismos oficiales. La pobreza y la indigencia no han encontrado aún su techo. El golpe al gobierno generó una crisis mayor debido a que los planes de la política económica oficial no son de reactivación económica sino de un ajuste mayor de la mano de un acuerdo con el FMI.
En su guerra de camarillas, ninguno de los dirigentes políticos del gobierno rechaza el acuerdo con el FMI. Pero este último ya no tiene ninguna garantía de la capacidad del gobierno para aplicar el ajuste. Unos pocos días después de las elecciones, y en medio de la crisis política, los desocupados volvieron a copar las calles en todo el país poniendo sobre la mesa todos los reclamos postergados. El nuevo ministro de Desarrollo Social, Zabaleta, declaró a los medios hace algunos días que “por ahora no va a haber más incorporaciones” a los programas de los planes sociales y que tampoco tenían previsto aumentar su valor. Su orientación se centró en la transformación de los planes sociales en subsidios a las patronales (“empalme”). Una política acorde con la reforma laboral que reclama el FMI.
La semana siguiente a las elecciones estuvo colmada de acciones de lucha de los desocupados. El pasado jueves salió una acción del frente integrado por el Polo Obrero oficial junto con el MTR Votamos Luchar, C.U.Ba. y MST, entre otros. Denunciaron el ajuste y la falta de entrega de alimentos por parte del gobierno. Según Prensa Obrera, Barrios de Pie pidió a la mesa del frente “un mes de licencia en la lucha” para apoyar en su campaña electoral a la lista derechista de Florencio Randazzo. El Polo Obrero oficial propuso a las organizaciones con las que se movilizó un “congreso piquetero” para enfrentar la crisis. La nota distintiva fue la aparente disolución del frente llamado Unidad Piquetera, que había movilizado en conjunto los últimos meses y que agrupaba a la mayoría de las organizaciones sociales. Una parte de ellas se movilizó por su cuenta el mismo día, llevando a cabo una “jornada nacional por tierra para vivir, producir y autogestión de la vivienda” (FOL, FOB, Movimiento de los Pueblos, MULCS, ILS, etc.). Las razones de la disolución del frente de Unidad Piquetera aún se desconocen.
Al día siguiente, el viernes, se llevó a cabo la movilización de otros sectores del movimiento de desocupados, entre los que se encuentra el Polo Obrero Tendencia. De esta jornada nacional de lucha participaron el MTR Histórico, la FTC-M29, Resistencia Popular, entre otras organizaciones. El Polo Obrero Tendencia participó con una columna de 4000 compañeros y compañeras de Capital y Gran Buenos Aires y con distintas columnas en 19 provincias y regiones del interior, como El Dorado, Chacho, San Juan, Mendoza, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Entre Ríos, Córdoba, Mar del Plata, Bahía Blanca, Pergamino, etc.
Nos movilizamos por el rechazo al acuerdo con el FMI y por las reivindicaciones de los desocupados, principalmente el trabajo genuino. Denunciamos atraso en la entrega de mercadería para los comedores y le reclamamos al gobierno la apertura de los programas sociales y el aumento de los montos. El Ministerio intentó meter una cuña divisionista entre las organizaciones anunciando que sólo recibiría al Polo Obrero Tendencia, pero no al resto de las organizaciones. Eva Gutiérrez, en representación del Polo, rechazó la oferta y la denunció como una maniobra. Luego de desbaratar esta maniobra, el ministerio aceptó recibir a todas las organizaciones presentes.
Desde el Ministerio, los funcionarios argumentaron que debido a la crisis política que están atravesando no pueden dar respuesta a los reclamos y propusieron una nueva reunión para la próxima semana. La resolución de las organizaciones presentes fue concurrir a esa próxima reunión y debatir luego una resolución de plan de lucha si la respuesta no es satisfactoria. En el cierre de su discurso, Eva Gutiérrez reivindicó la unidad que se ha gestado entre las organizaciones presentes y llamó a luchar por un congreso obrero para que la agenda del movimiento obrero se imponga en el escenario político nacional.