Universidad de Buenos Aires: fraude en la FADU

Escribe Fede Fernández

El ex decano, los K y el FITU se ´abrazan´.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Luis Bruno -ex decano de la Facultad- convocó el lunes 27 a un abrazo en Ciudad Universitaria. ¿El motivo? Cuestionar la modificación arbitraria del plazo electoral para que los profesores (concursados, regulares) y los graduados voten a sus representantes en el próximo Consejo Directivo y, por traslación, al próximo decano e incluso al rector.

Esta postergación se produjo a instancias del actual decano, Carlos Venancio, y de la ´nueva´ mayoría del Consejo Directivo, violando todas las normativas vigentes. Venancio asumió el cargo en reemplazo de Guillermo Cabrera, desplazado como consecuencia de una denuncia por violencia de género. El nuevo realineamiento de las camarillas de la Facultad, con Franja Morada a la cabeza, ha desplazado al sector que responde a Bruno. La postergación electoral se encuentra al servicio de una mayor manipulación del padrón, con nombramientos docentes mediante, que le pueda asegurar al oficialismo su victoria.

La “lucha” que ha emprendido Luis Bruno es completamente ajena al interés de estudiantes y docentes, que no tienen posibilidad de incidir en el resultado. Sólo están habilitados para votar los docentes titulares, una ínfima minoría de la población de la facultad, que detenta la mitad de los votos del Consejo. En cambio, la mayoría de los docentes deben empadronarse en el padrón de graduados, que elige un cuarto de los representantes. Los estudiantes -que detentan otro cuarto de los votos- no tienen siquiera fecha de votación. La ponderación del voto hace que lo que opine la mayoría sea decorativo.

Por supuesto, en la convocatoria de Bruno -socio titular de “Point Design” y conocido en su gestión de la FADU por acreditar la carrera de arquitectura a la CONEAU- todos estos señalamientos sobre el régimen despótico que gobierna la UBA se encuentran ausentes. No hubo lugar tampoco, en este ´abrazo´, para alguna referencia a la caída estrepitosa del salario docente y no-docente, a la inexistencia de recursos tecnológicos gratuitos para poder cursar, como tampoco se han mencionado las arbitrariedades del regreso presencial, que incluye toma de exámenes ´in situ´ de una cursada que fue completamente virtual. Tampoco se ha denunciado el enorme ajuste presupuestario que ha enviado el gobierno para ser aprobado por el Congreso. Lo que sí ha logrado Bruno -nada más y nada menos- es el apoyo de un variopinto arco político, que va desde La Cámpora, La Corriente (ex PCR) y la ¿sorpresiva? incorporación del FITU (PTS y PO oficialista). Todos ellos han convocado a ´abrazarse´ sin delimitación alguna ni referencia sobre el ex decano.

El caso de “La Corriente” es ilustrativo: tras 15 años al frente del centro de estudiantes (CEADIG) a través de distintas alianzas con la izquierda, su pasaje al kirchnerismo y al actual gobierno la han fulminado como agrupación política, perdiendo el centro en 2019 en manos de Franja Morada. La ´expectativa´ de recuperarlo mediante una alianza con Bruno, un histórico enemigo de los trabajadores, probablemente sea la última de sus acciones como fuerza política actuante. Por su parte, el “debut” del FITU en este ´frente´ apuntala un camino de integración que ya ha tenido como antecedente el voto en el Consejo Directivo de un recorte salarial a los docentes del curso de verano. Decimos ´debut´ por el simple hecho de que el PTS se ha caracterizado por boicotear todas y cada una de las luchas y las acciones del CEADIG independiente, por lo que esta coincidencia con el aparato del PO implica una novedad. La orientación de esta izquierda es un factor de enorme retroceso político.

Lucha independiente, autoconvocatoria

La convocatoria de Bruno, aunque marginal en su concurrencia, da cuenta de un proceso de fraccionamiento y crisis de las camarillas. Del gobierno ´unitario´ pasamos a un escenario de choques y zancadillas mutuas, con un final incierto. El movimiento estudiantil y docente ha tenido la dificultad del aislamiento para “hacerse notar” pero esto no implica ni por un segundo que el descontento no crezca. Nadie sabe, por ejemplo, cómo va a terminar el cuatrimestre, al subir la gestión un video del ´regreso´ y anunciar la convocatoria presencial a los exámenes. Hay estudiantes que ni siquiera se encuentran en Buenos Aires, con toda la lógica que implica haber cursado virtualmente todo el año. Contra esta arbitrariedad se organizó un petitorio virtual que reúne, a la fecha, más de 50 mil firmas. El anunció del retorno a la presencialidad convive con el recorte del 20% del presupuesto universitario. Esto significa que las reformas edilicias para asegurar el distanciamiento no se encuentran ni en los planos, ni hablar de alguna restitución del tremendamente golpeado salario docente y no docente.

Los estudiantes y trabajadores tenemos la necesidad de colocar nuestras reivindicaciones -y no las ajenas- al frente de la situación. La Franja Morada como conducción del centro de estudiantes es un lastre y no va a mover un dedo por todo esto. Se impone la necesidad de la autoconvocatoria. Es en definitiva lo que han hecho durante esta pandemia los trabajadores, y en especial los trabajadores de la salud, ante la entrega por parte de la burocracia sindical de todas sus conquistas.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera