Villa 31: la Policía de la Ciudad desaloja e incendia la toma “Fuerza de Mujer”

Escribe Javiera Sarraz

Tiempo de lectura: 3 minutos

Cerca de las 7 de la mañana, cuando muchas de las madres de la toma Fuerza de Mujer en Villa 31 salían de sus carpas para llevar a sus hijos a la escuela, la Policía de la Ciudad llegó con topadoras a la toma para desalojar a las más de 100 familias de la toma. La orden de desalojo fue emitida desde la fiscalía n°11 a cargo de Valeria Massaglia.

La policía reprimió a las familias y activistas que resistieron al desalojo, y luego prendieron fuego a las carpas y casuchas de madera, cartón y nylon. Las familias, al igual que en Guernica, perdieron todo: frazadas, ropa, colchones, carritos de bebés. El predio, que se encuentra bajo el dominio del Gobierno de la Ciudad, fue ocupado el 30 de junio de este año, y durante estos tres meses ambos gobiernos se negaron a dar una mesa de diálogo a las familias. La mayoría de las familias están compuestas por mujeres con hijos, solas y desocupadas, que atravesaban situaciones de violencia doméstica. Al momento del desalojo, en la toma vivían cerca de 200 niñas y niños.

La ministra María Migliore, del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, mandó a censar hace unas semanas a las familias para ofrecerles subsidios habitacionales a cambio de desalojar el predio. Las familias se negaron porque conocen, por experiencias anteriores de desalojos en la Ciudad, que muchas veces el estado utiliza luego los datos recaudados para levantar demandas judiciales contra los ocupantes.

La vecina de la toma, Soledad, denunció la crítica situación de las mujeres desalojadas: “En la toma éramos la mayoría mujeres solas con niños que sufrimos violencia y tenemos denuncias o perimetrales. Nadie quiere vivir en una toma con piso de tierra y sin agua o baño. Pero era la única forma de arrancar de que te maten. El gobierno sabe todo eso y no nos dio ninguna mesa de diálogo. Lo único que nos ofrecieron fue un subsidio habitacional y un plan del Programa Acompañar, pero yo no puedo recibir el Acompañar porque cobro del Potenciar Trabajo y ya tengo un subsidio habitacional, pero no me alcanza. Una pieza cuesta 20 mil. No queremos subsidios, queremos una casa y un trabajo”.

Los alquileres en la villa 31 superan los 20 mil pesos aún cuando hablemos de habitaciones pequeñas con baño compartido. Por su parte, el Programa Acompañar -reclamo en torno al cual giró la propaganda de organizaciones de mujeres, incluyendo las de la izquierda- no resuelve el problema de la desocupación ni mucho menos el de la violencia contra las mujeres.

La pandemia ha agudizado la crisis de la vivienda en todo el mundo. En CABA y distintos puntos de la provincia de Buenos Aires se suceden las tomas de terreno cada vez con mayor frecuencia. La respuesta de los distintos gobiernos ante la falta de vivienda comienza siempre con una “oferta” miserable (un subsidio habitacional que ronda los $7000) y termina con represión y desalojo violento hacia las familias que sostienen el reclamo por una vivienda digna.

Las tomas son protagonizadas por las desocupadas y desocupados y cada vez más por trabajadores y trabajadoras ocupados cuyo sueldo no alcanza para un alquiler. Es lo que ocurre en el Hotelito, o lo que ocurrió en la toma de villa 21-24. Debemos desterrar de nuestras luchas por la vivienda y la urbanización las maniobras de la oposición y el oficialismo de presentarnos el falso dilema de responsabilizar sólo a un sector u otro. El Gobierno Nacional y el de Ciudad son responsables de la miseria de las mujeres y familias de las villas cuando ambas endeudan a la Argentina y precarizan o cierran los puestos de trabajos; achatan los salarios; cierras los refugios de mujeres y guarderías de niños (como la Casa de la Mujer de Villa 31); y especulan con los valores del suelo de la ciudad o arman negociados inmobiliarios para que torres enteras como las de Retiro se encuentren ociosas.

Debemos poner en pie un gran congreso obrero de trabajadoras y trabajadores ocupados y desocupados que discuta el problema del trabajo y del salario unido al problema de la vivienda, que resuelva una acción unificada por estos reclamos. Estos son los asuntos fundamentales que deberán discutir también los próximos encuentros regionales de mujeres.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera