Campaña de pronunciamientos por un Congreso Obrero y de trabajadores

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Los resultados de las PASO acentuaron una crisis política que tiene por base una crisis social y económica sin salida en las condiciones capitalistas. En la clase obrera crece la conciencia de la responsabilidad que le cabe por esta situación al régimen político y sus partidos. Se manifiesta, por sobre todo, en las luchas cotidianas y en las elecciones en las empresas, y también en la abstención electoral y en el voto a la izquierda democratizante en ciertas provincias. Por todo esto, está planteada la necesidad de una acción política autónoma de la clase obrera. Desde Política Obrera, la Tendencia del Partido Obrero, nos dirigimos a los activistas y militantes de los sindicatos y de las organizaciones de desocupados, a la mujer y a la juventud a impulsar pronunciamiento por un Congreso Obrero, un órgano soberano de los trabajadores contra el capital y su estado, por un gobierno de la clase obrera.

PROPUESTA DE PRONUNCIAMIENTO

Argentina atraviesa una crisis de alcance histórico, que se manifiesta en el empobrecimiento masivo de su población trabajadora, una creciente explotación social y una pérdida de conquistas, inclusive de derechos – laborales y sociales.

El régimen social y político responsable por este derrumbe social, se encuentra él mismo en quiebra. La deuda pública financiera en su conjunto se aproxima a los 500 mil millones de dólares, que equivale al 150% del Producto Bruto Interno.

El impasse histórico “por arriba” y la desesperación social “por abajo” plantean una situación potencialmente revolucionaria. Este mismo impasse se registra a nivel internacional. El FMI enfrenta obstáculos para imponer un nuevo acuerdo semicolonial a Argentina, de un lado por el temor a provocar una explosión social, del otro, por divergencias con los fondos internacionales, que observan el deterioro imparable de acreencias contra Argentina.

Este impasse histórico ha llevado a una crisis política terminal del gobierno del FdT y, por otro lado, a una crisis política acelerada del conjunto del régimen político. La llamada oposición no constituye una alternativa de recambio político.

Las elecciones, en estas condiciones concretas, no son una salida, ni para los ‘de abajo’, ni para ‘los de arriba’. De acuerdo a cómo se desarrollen, podrían acelerar la crisis gobierno en lugar de atenuarla. La crisis podría desembocar en un precario gobierno de “unidad nacional” o provocar un adelantamiento de las elecciones ejecutivas previstas para finales de 2023.

La agenda del capital financiero y del FMI, pero principalmente de la gran burguesía local es reunir las condiciones para imponer una llamada reforma laboral y una reforma previsional, que otorgue status legal a la precarización de la fuerza de trabajo, incluida la tercera edad. O sea que todos los recambios políticos que están en cartelera son anti-obreros y reaccionarios. La designación de un ‘celeste’ del Opus Dei como jefe de Gabinete, no es un accidente político, sino que representa una tendencia de fondo. Lo mismo vale para el ministro de Seguridad, involucrado políticamente en todos los crímenes cometidos contra la clase obrera en las dos últimas décadas.

La única alternativa para la clase obrera es organizar una fuerza política propia, históricamente independiente. Ninguna de las fuerzas en presencia en estas elecciones representa esa independencia política de modo consecuente. Las elecciones y el parlamento no deben servir de ‘vía democrática’ para la integración al estado capitalista y sus instituciones.

La mayor responsabilidad por la miseria social que golpea a las masas, le cabe a la burocracia de los sindicatos, una agencia de la patronal y del Estado en el movimiento obrero, convertida ella misma en patronal y capitalista.

Con esta caracterización de la situación histórica presente, llamamos a todas las organizaciones obreras y populares a impulsar un Congreso Obrero y de los Trabajadores; a unir a los trabajadores ocupados y desocupados; a convocar también a la mujer y a la juventud trabajadora.

Reivindicaciones

Planteamos, a la discusión, un programa y un plan de acción.

Por un salario mínimo igual a la canasta familiar; por una jubilación mínima del 82% de ese salario; por la eliminación de la desocupación mediante el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.

Contra la ‘reforma laboral’ de precarización de la fuerza de trabajo, planteamos el control obrero de las condiciones de trabajo, en función de la salud integral de los trabajadores y contra la depredación ambiental del capital. Por la expulsión de la burocracia de los sindicatos; por sindicatos independientes del estado y las patronales, democráticos y clasistas.

Por el cese de la expoliación financiera de los trabajadores, planteamos: fuera el FMI, anulación de la deuda pública financiera.

Por un gobierno de trabajadores. Por la unidad de la clase obrera y los campesinos de toda América Latina. Por la defensa del derecho de asilo contra el imperialismo mundial, para las masas empobrecidas y mutiladas por las guerras de todo el mundo. Por la organización política internacional de la clase obrera

Firman

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