UTA: un activismo incipiente da pelea contra la burocracia

Escribe Sebastián Bravo

UTA: un activismo incipiente da pelea contra la burocracia

Tiempo de lectura: 3 minutos

Durante el transcurso de la pandemia se profundizó en el gremio un proceso de lucha. Fue llevado adelante por choferes autoconvocados, con el impulso de sectores antiburocráticos. Al reclamo de mayores subsidios de las patronales, un sector de trabajadores le opuso la pelea por salario y las condiciones laborales. La burocracia de la UTA, subordinada a las patronales, poco pudo hacer para frenar la movilización de los choferes.

Durante todo este período, fue incumplido el convenio en materia de pagos de presentismo y hubo todo tipo de abusos. Hasta mediados de julio, el salario básico de un chofer con más de diez años de antigüedad apenas superaba los 60 mil pesos de bolsillo. Esto en una actividad esencial, que no paró en ningún momento desde que comenzó la pandemia. Las condiciones de seguridad e higiene son deplorables. El reclamo de una cabina para el conductor nunca fue atendido, y en muchos casos fueron improvisadas por los propios choferes. Las patronales, mientras tanto, reciben subsidios directos y descuentos por carga de combustible.

Paritarias

La burocracia firmó el acuerdo paritario por un 37%de aumento en tres tramos. Un chofer con diez años, orillará los 90 mil pesos sumando viáticos, recién a fin de año. Para completar un sueldo que les permita apenas subsistir, los choferes deben recurrir a las horas extras y al trabajo en negro.

En el caso de los monopolios de larga distancia, la UTA suscribió una recomposición salarial que incorpora al sueldo básico de $9.200 (de los cuales $4.000 ya fueron otorgados por el decreto 14/2020), una suma no remunerativa de $20.588 que será otorgada bajo el concepto de “anticipo a cuenta de futuros aumentos”. Además, establece el pago y reintegro de viáticos, por un monto de $458 por cada día trabajado, a partir del 1 de septiembre.

Este acuerdo solo se hará efectivo, sin embargo, cuando la patronal perciba los fondos destinados por el Programa de Recuperación Productiva (REPRO II), del mismo modo que otras compensaciones establecidas, con financiamiento de Transporte.

Reclamos

El escenario descrito es un caldo de cultivo para el conflicto. Los reclamos de aumento y mejoras laborales arrancaron desde abajo, con movilizaciones autoconvocadas. El 21 de mayo, chóferes de distintas líneas del AMBA realizaron una gran movilización al Obelisco, incluyendo cortes a los accesos a CABA y movilización a distintas delegaciones de la UTA. Es el resultado de una importante campaña desarrollada por el activismo nucleado en la 60, precedida por la difusión de miles de afiches. La provisión de vacunas y un Básico de 100 mil pesos fueron las dos consignas reivindicativas muy sentidas dentro del conjunto de los chóferes.

Las autoconvocatorias se vienen desenvolviendo en los últimos años en todo el país, como lo demuestran las movilizaciones y paros en Córdoba, Rosario, Tucumán y Bariloche. Miguel Bustinduy, el alfil con el que Moyano le disputa el control del Sindicato a Fernández, ha tomado nota de este descontento, no ha protagonizado ningún tipo de acción, más allá de declaraciones.

El activismo se organiza

Este incipiente activismo ha buscado presentar listas de oposición contra la Directiva de Fernández. Se han presentado listas opositoras a la burocracia en la empresa Chevallier, donde ganaron la elección, en la 510, donde perdieron por 2 votos; y se ha conformado la agrupación “Gallos Rojos M.A” de la línea 176-448, que había dado una pelea fenomenal contra la patronal y la burocracia en las pasadas elecciones. Después de un año y medio de resistencia a la persecución sindical, presentaron una lista con 7 candidatos, más de un centenar de avales en apoyo y una base de votos que representa el 30% del conjunto de los trabajadores. La burocracia en un frente único con la patronal, lograron episódicamente conservar la representación gremial, mediante aprietes, fraude y promesas de hacer lo que nunca hicieron.

Los choferes enfrentarán a la brevedad nuevas hostilidades contra sus condiciones laborales: el nuevo intento de reforma laboral y jubilatoria, de la mano del FMI. Este incipiente activismo en la UTA se desarrolla en el medio de un descontento extendido en el movimiento obrero. Las elecciones gremiales registran una marcada tendencia a la derrota de los oficialismos de todos los colores. Los ataques al salario y las condiciones laborales en lo que va de la pandemia son las razones principales. Nuestra tarea es intervenir en este proceso para que esa bronca evolucione hacia posiciones clasistas. Estamos ante una tendencia de conjunto, que debe cristalizar en un Congreso de la clase obrera.

  1. $150 mil de básico. Salario mínimo igual a la canasta familiar.
  2. Reducción de la jornada laboral a 6 hs. sin afectar el salario.
  3. Investigación las cuentas de las patronales y el destino de los subsidios.
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