Escribe Sebastián Bravo
Los choferes hacen punta en la lucha por el salario.
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Con una gran movilización, los choferes de colectivos realizaron cortes en los principales accesos a CABA. Los choferes autoconvocados reclamaron un salario de 150 mil pesos, bono de fin de año de 50 mil pesos y mejoras en la prestación de la obra social. En la reciente revisión de la paritaria, que Fernandez terminó firmando a la baja, el salario alcanzó su máximo en unos 90 mil pesos, en su última cuota. Este monto, queda muy lejos de los 140 mil pesos a los que asciende la canasta familiar. La inflación, proyectada por arriba del 50%, pulverizó el 37% de aumento.
Las paritarias, además, fueron instrumentadas por las patronales en complicidad, con la burocracia y el gobierno, para alzarse con desembolsos millonarios en subsidios.. En los cortes de hoy, los compañeros denunciaron que los trabajadores sólo recibieron migajas de esos aportes estatales.
En el reclamo se suma además la situación de la obra social, que como todos saben es utilizada por la burocracia como caja propia. La contracara es una muy deficiente prestación médica. Este orden de cosas obliga a una minoría de trabajadores, que pueden hacerlo, a las prepagas, mientras que la gran mayoría termina en los hospitales públicos. Se trata de una situación sumamente grave en este contexto de pandemia, donde la estructura de salud se vio colapsada.
Antes esta nueva iniciativa del activismo en la pelea por sus reivindicaciones, la burocracia de Fernandez ni se asoma. El secretario de la UTA está enredado en una pelea interna con Bustinduy, alfil de Moyano que le disputa la conducción del gremio. Hay dos cuestiones a tener en cuenta, la primera es que el interés de Moyano por reemplazar a Fernandez está relacionado a la disputa que el camionero tiene de cara a las elecciones en la CGT, donde necesita sumar delegados para ganarla. La segunda, es que de seguir creciendo el activismo independiente en UTA, la burocracia necesita preparar su recambio, si es que pretende mantener el control.
El piquetazo de hoy marca un método de lucha en la pelea salarial, pero también traza un camino hacia la recuperación del sindicato. Solo los choferes organizados, de modo independiente a la burocracia, pueden transformar a la UTA una herramienta de organización y lucha que dé la pelea por todas sus reivindicaciones. Fernández y la burocracia, encerrados entre cuatro paredes con el gobierno y las patronales, jamás van a firmar un aumento que responda a las necesidades de los choferes de colectivos.
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