Escribe Pablo Busch
Tres días de huelga general con piquetes.
Tiempo de lectura: 4 minutos
El Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires dictó la conciliación obligatoria hasta el 22 de noviembre en el conflicto de la fábrica Fernet Branca y citó a una primera audiencia a las partes para el 4 de noviembre próximo. La medida conciliatoria viene al rescate de una patronal que afrontaba una huelga total de tres días, con piquetes en los portones, al principio, y en la Colectora de Panamericana, luego. El reclamo de los trabajadores - un 35% de incremento salarial interno, por fuera de las paritarias del Sindicato Vitivinícola (SOEVA)-, la efectivización de once trabajadores de agencia, en una serie de reclamos sobre las condiciones de seguridad e higiene de la planta y en la continuidad del pago de un voucher de 40 mil pesos semestrales de mercadería -algo que los trabajadores cobraron varias veces en distintos montos y que la patronal quiere dejar de pagar.
El surgimiento de la organización sindical interna de los trabajadores de Fernet Branca nació en 2014, al calor del reclamo de incrementos salariales internos. Fue la respuesta de un sector de trabajadores a la quiebra del convenio colectivo vitivinícola, que fijaba salarios de indigencia tipo UATRE, a la medida de las patronales bodegueras y viñateras. A lo largo casi de 10 años de lucha, los trabajadores de Fernet Branca obtuvieron un salario que es equivalente al doble de lo que fija el Convenio.
El salario de convenio vitivinícola hoy, luego de una paritaria récord del 63%(ver nota) sigue por debajo de los 50 mil pesos. El salario de los trabajadores de Branca está entre los 105 y 110 mil pesos. El reclamo del 35% de aumento interno equivale al reclamo de un salario mínimo igual a la Canasta Familiar, hoy en 140 mil pesos. El reclamo del voucher para mercadería tiene que ver con esquivar de alguna manera el descuento del Impuesto a las Ganancias.
El conflicto, además del salario, está relacionado con la efectivización de 11 trabajadores eventuales -que están trabajando en Branca desde el comienzo de la pandemia-. La empresa argumenta que están para cubrir los puestos de los trabajadores licenciados por ser de riesgo, pero en realidad oculta que tiene un alza de producción. De hecho, casi todos los trabajadores de riesgo retornaron a sus puestos de trabajo y los eventuales siguen teniendo trabajo. El otro punto que los trabajadores reclaman está relacionado con la seguridad laboral: los delegados denunciaron una cantidad de incumplimientos de mantenimiento de la planta, y de métodos de trabajo insalubres.
La medida de fuerza en función de estos reclamos había sido aprobada unánimemente por las dos asambleas de turno hace dos semanas. Los trabajadores prefirieron dejar que termine el mes para que los descuentos con los que amenaza la patronal sean recién en el cobro de noviembre. El inicio del conflicto, a diferencia de otros años, fue decididamente un paro activo, con piquetes en los portones de planta.
Luego de la provocación de la patronal, intentando atropellar a un delegado, hasta el sector más conservador de los trabajadores se radicalizó: la maniobra que intentó dividir la huelga la terminó fortaleciendo. De los piquetes en los portones, los trabajadores pasaron al bloqueo de la colectora Panamericana. Cualquier propuesta de moderación que surgiera en la asamblea fue rechazada.
La huelga, esta vez, fue acompañada por un sector del Sindicato, que movilizó delegados de fábricas de la zona y delegaciones de Capital y Zona Sur. Estuvieron presentes Comisiones Internas como la de Campari, Pernod Ricard, etc.
La Foeva es consciente de que se desarrolla en toda la clase obrera, y en particular en el gremio vitivinícola, una intensa actividad antiburocrática en las fábricas y viñas de todo el país. Las movilizaciones autoconvocadas, que empezaron en Mendoza, ya se extendieron a Salta, La Rioja y San Juan. En la última paritaria el sector de los trabajadores viñateros rechazaron el acuerdo firmado por la Federación (un 30%) y presionaron hasta llevarlo a un 63%.
Así como tuvieron que volver a discutir la paritaria, porque el control del trabajo en los viñedos está en manos de los autoconvocados, al SOEVA que venía chocando de frente con los trabajadores de Branca hace años, no le quedó otra que acompañar las decisiones de la asamblea. Una nueva dirección para los vitivinícolas se fisonomiza en Branca y en todo el país.
Respecto de las denuncias de Seguridad Laboral, la empresa negó que existieran incumplimientos y encargó una inspección de Seguridad e Higiene al Ministerio de Trabajo para demostrarlo. El resultado es que la inspección verificó las deficiencias denunciadas por la Comisión Interna y emplazó a la empresa a resolverlas inmediatamente.
La audiencia en el Ministerio dejó expresadas las posiciones del conflicto: la patronal rechazó todo - aumentos salariales internos, efectivizar a los contratados y los vouchers. El único interés de la empresa en la audiencia fue que se encuadrara como una medida de paro -y no como una retención de tareas- para poder realizar los descuentos correspondientes -según calculan los delegados, se descontarían alrededor de 30 mil pesos per cápita. El otro interés fue en que el Ministerio de Trabajo pusiera punto final a la medida de fuerza, dictando la Conciliación Obligatoria para enfriar las cosas.
El primer round de la lucha de los trabajadores de Fernet Branca, con tres días de piquetes y huelga general, dejó planteado el rumbo de la victoria. Es un ejemplo a seguir para todos los trabajadores: la defensa, con los mejores métodos de la clase obrera -asambleas, huelgas y piquetes-, del salario igual a la canasta familiar, de los puestos de trabajo y de la seguridad en el trabajo.