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Luego del miserable aumento salarial acordado entre Perotti y las cúpulas sindicales, la bronca ante semejante entrega no se hizo esperar. El 17% en 3 cuotas (no acumulativas) y sobre los sueldos de febrero de 2021, cristalizan un mayor deterioro de nuestros salarios, los cuales seguirán perdiendo frente a la inflación imparable y a los futuros tarifazos y devaluaciones post electorales que se auguran.
En concreto, estos trabajadores seguirán debajo de la línea de la pobreza ($68000) y muy lejos de la canasta familiar ($ 130.000) lo cual no hubiera podido concretarse si no con la complicidad explicita de las burocracias de Ate y UPCN que firmaron a espaldas de los trabajadores sin consultar en asambleas ni plenario de delegados con mandato de base.
Las instancias organizativas están comandadas por el personal del “107”, quienes se encargan de situaciones de emergencia y traslados en las ambulancias y están luchando para que se les reconozca como tal su categoría que dista muchísimo de los “servicios generales” bajo el cual el Estado los rotula.
La lucha de los compañeros desembocó en una movilización con micrófono abierto en la casa de gobierno el miércoles 10 de noviembre donde confluyeron asistentes de todo el interior provincial, desde el norte, Reconquista, hasta el sur provincial de Rosario. Estuvo presente la vos de diferentes áreas de Salud, asistentes escolares y otras reparticiones estatales para repudiar el acuerdo salarial de miseria, exigir el pase a planta y expresarse contra la cesantía de las y los compañeros trabajadores “COVID” (aquellos contratos excepcionalmente a raíz de la pandemia). Se prevé este fin de año que más de 6000 contratos llegarán a término, lo que será un verdadero desastre para miles de familias y para la salud pública. Esto es una muestra que la precarización laboral es una política de Estado, que la aplican todos los gobiernos y patronales.
Asimismo, este 11 de noviembre se concentró en el centro del poder político la movilización de enfermería, donde convergieron desde los Colegios de Enfermería, junto al SIPRUS (sindicato de profesionales de la salud), ATSA y ATE Rosario. Los reclamos tienen larga data, el reconocimiento Profesional de la Enfermería porque la ley fue sancionada y promulgada –la Nº 13.968– en 2019, que permite, con título de grado, pasar al escalafón profesional junto y el cumplimento del Artículo 25 de la ley provincial de Enfermería del 2005, que establece a la enfermería como una profesión de alto riesgo.
Estas dos masivas concentraciones fueron planificadas con más de un mes de anticipación para organizar los francos y diversos permisos a lo largo de todo el territorio provincial, motivo por el cual se dificultó una concentración conjunta, pero no se descarta la continuidad de un plan de lucha conjunta y se proyectan nuevas movilizaciones, considerando que ambas se empalman en un movimiento más general, en que trabajadores ocupados y desocupados buscan intervenir en la situación a raíz de la miseria generalizada y el desmadre que ha propinado la pandemia que no ha finalizado y que tampoco obedece a tiempos electorales.
Debemos profundizar la lucha y la coordinación de estas, en la perspectiva de un congreso obrero. Es un momento clave. La defensa de los puestos de trabajo y la estabilidad laboral, por el pase a planta de las y los compañeros precarizados, salario igual a la canasta familiar y la recuperación de los cuerpos de delegados y comisiones internas de las garras de la burocracia. Está son las tareas inmediatas.