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“La ANSeS confirmó que el aumento trimestral de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales del 1° de diciembre al 28 de febrero del 2022 será del 12,11%.” Clarín del 11/11/2021.
Este 12,11% eleva el haber mínimo a partir de diciembre a $ 29.061. Lo recibirán más de7 millones de jubilados. Quedan por fuera del aumento los jubilados y pensionados de regímenes especiales, los docentes, los docentes universitarios, Luz y Fuerza, Poder judicial que tienen índices propios.
La PUAM (Pensión Universal del Adulto Mayor) pasa de $20.738 a $ 23,249, las pensiones no contributivas de $ 18.146 a $ 20.342 y el haber máximo de $ 174.433 a $ 195.557.
En los años 2018/2019 sufrimos una perdida en nuestros haberes del 19,5% frente a la inflación.
En el año 2020 los aumentos diferenciados por decreto fueron del 35.3 % (al haber mínimo) y de 24.3 % (al haber máximo) la inflación llego al 36,1%. Hubo una pérdida de hasta el 8,7%.
Año tras año se va acentuando el achatamiento de la pirámide más aún porque los bonos extraordinarios otorgados solo alcanzaron a aquellos que cobraban un haber mínimo y medio o dos.
Comparando las fórmulas de los distintos gobiernos en el año 2020 con la fórmula del gobierno anterior el aumento a jubilados hubiera sido del 42% por encima de los aumentos por decreto del 35,3 % y el 24, 3% según el haber. Este año 2021 la taba se dio vuelta, con la formula suspendido hubiéramos llegado a un 48,6 % contra un 52,7 %.
Si bien este año 2021 el aumento superaría la inflación, esto de acuerdo a la variación de los precios hasta fin de año, pero al quedar sin el otorgamiento de los bonos los jubilados de haberes más altos tendrá una pérdida frente al aumento de precios.
Igualmente nuestros haberes se deteriorarán frente a los aumentos de precios de enero y febrero dado que nuestro próximo aumento será en marzo del 2022.
Los distintos gobiernos de turno han transformado a la jubilación de un salario diferido en una miserable pensión a la vejez. Las distintas fórmulas aplicadas junto a los míseros bonos otorgados han dejado a los haberes de casi 8 millones de jubilados en la línea de indigencia.
Ahora después de las elecciones están en danza nuevos ataques al régimen previsional, como ser el aumento de la edad jubilatoria y la perpetuación de aumentos que nos mantiene en la indigencia. El FMI exige que los distintos sectores de “Todos” y de “Juntos” pongan sus huellas digitales para aprobar este nuevo “ajustazo” a nuestras condiciones de vida.
Los jubilados y pensionados debemos debatir junto a los trabajadores ocupados y desocupados una salida a esta profunda crisis. Ningún jubilado ni pensionado debe ganar por debajo de la canasta familiar.