Escribe El Be
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El sábado 13 de noviembre, distintas asambleas del Polo Obrero de la provincia de Córdoba votaron pasarse a la Tendencia. Luego de atravesar una larga y penosa experiencia decidieron dar el paso en una regional blindada por el aparato partidario, escondiendo la crisis interna y ocultando el proceso de expulsiones a nivel nacional. Dos años después de la conformación de la Tendencia siguen surgiendo compañeros y compañeras en todo el país que buscan retomar los métodos históricos de construcción del Polo Obrero.
Los pioneros son del núcleo más importante de la provincia: la asamblea de la localidad de Altamira, que es la más grande a nivel provincial, de 1000 compañeros. Junto a ella, se han plegado otras diversas asambleas. La razón principal de estas decisiones son, por un lado, los malos tratos que reciben por parte de la dirección y las exigencias del aparato partidario para "militar" la campaña electoral. Por "militar" se entiende lo contrario de una actividad política consciente, o sea realizar el trabajo impago de pintadas y afichajes. No es casual que la ruptura se haya producido en el tramo final de la campaña, cuando el desgaste de las compañeras del Polo alcanzó un límite.
La reacción de la dirección del Polo Obrero oficial no se hizo esperar. Convocaron una asamblea de emergencia donde desataron toda clase de acusaciones contra la Tendencia. Los asistentes grabaron videos y audios que, rápidamente, comenzaron a circular entre los grupos de WhatsApp. En ellos se ve cómo el aparato partidario afirma que la Tendencia rompió el Partido Obrero, con el planteo, que habría sido formulado en el 26º Congreso del PO, de “irse con el kirchnerismo”. En consecuencia, denunciaron como kirchneristas a los compañeros del Polo que se iban con la Tendencia.
Frente a toda la asamblea insistieron, como se ve en las grabaciones, que los compañeros de la Tendencia “rompieron al Polo Obrero por dos pesos. Porque, hay que decirlo, ellos se fueron por guita, se fueron haciendo sus negocios, se fueron queriendo integrarse al kirchnerismo”. Luego agregan que los compañeros de la Tendencia “amenazaron a gente y se chorearon la guita para armar su propio grupo”. Afirmaciones como éstas, a borbotones. Quienes sostuvieron esto son dirigentes provinciales y nacionales del Partido Obrero oficial. No se trata de un exabrupto. Desde el mismo día de las expulsiones, el aparato partidario, que se engalana con el relato de que los compañeros que se pasan del kirchnerismo al Polo por razones ideológicas, a la hora de explicar las diferencias dejaron de lado los debates políticos. Recurrieron a calumnias y mentiras, que, por supuesto, jamás se atrevieron a volcar de manera escrita en su prensa. Lo que está claro es que los compañeros que se han sumado al Polo (T) no lo hacen por las mayores ventajas materiales que éste obtendría del estado. Es exactamente lo contrario.
Nuestras denuncias sobre las amenazas del aparato de confiscar recursos a los compañeros (intentos de dar de baja los planes con un listado presentado en el Ministerio de Desarrollo Social de Nación, las recorridas por las municipalidades para que se les retiren las conquistas a los compañeros de la Tendencia), fueron en su oportunidad señaladas públicamente, fundamentadas por escrito y jamás pudieron ser refutadas por el aparato del PO.
Los trabajadores, ocupados y desocupados, no comen vidrio. Las mentiras y bajezas son inútiles para frenar las conclusiones a las que arriba una vanguardia de luchadores de la clase obrera.