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La cumbre de la Fundación Pensar -el think tank del PRO- realizada en Córdoba días atrás se convirtió en la caja de resonancia de la interna amarilla. El rol ´vertebrador´ de la coalición opositora que se impuso en las elecciones legislativas, viene siendo amenazado, de un lado, por las apetencias cada vez mayores de sus socios radicales; del otro, por los choques internos entre Larreta, Macri y Bullrich.
Los choques y chicanas entre Macri y Larreta, abordados desde la prensa argentina como diferencias de ´estilo´ o ´personales´, en realidad, son reflejo del impasse en el que se encuentran las fuerzas políticas de la burguesía, que asoman a la superficie como disputas por liderazgo. “Muchos curas quieren ser papas”, dijo Macri, quien impulsa una interna para definir candidaturas en 2023.
Para Macri, “no hay más lugar para el gradualismo” (Clarín, 26/11), tomando partido por la política de ´shock´ en materia económica. Se anota así contra el planteo ‘plurianual’ de los Fernández con el FMI. Aunque el debate que sobrevuele sea en 2023, lo cierto es que los distintos actores están involucrados ahora mismo en una definición sobre las características de un acuerdo con el FMl. Los coqueteos de Macri con los ´liberales´ -Milei, Espert- que pueden implicar la quiebra de ´Juntos´ apuntarían a respaldar la política de los fondos internacionales que han especulado contra el peso y buscan una ´solución´ que les permita retirar, con enormes ganancias, sus fondos de Argentina. El macrismo también ha metido la cuña en la Ciudad de Buenos Aires, con el ´traslado´ negociado del primo Jorge al gobierno de Larreta, con vistas a disputar la jefatura de gobierno. Este ha sido el precio que ha pagado el larretismo para allanar en su momento la candidatura de Santilli en la provincia.
Por su parte el “gradualismo”, en el que se ha anotado Larreta, pero que tiene a otros ´presidenciables´ como los radicales Manes (con apoyo de Lousteau), Morales o Cornejo, se opone a ese ´shock´ y admite un acuerdo condicionado con el gobierno. En este sentido el ala ´blanda´ de la coalición estaría más cerca de Guzmán. Los choques actuales ya se habían anunciado en el abortado operativo “Vidal” que suponía un reemplazo del golpeado Macri por otra candidatura a presidente en 2019.
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