Los debates en el Congreso de Conadu histórica

Escribe Diego Toscano

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El jueves 25 y el viernes 26 de noviembre sesionó en Buenos Aires el Congreso de Conadu Histórica. Convocado para aprobar la memoria y el balance de 2020/2021 y para votar la junta electoral que supervisará las elecciones de 2022, el Congreso puso en evidencia un conjunto de tensiones que recorren a su directiva y que expresan el completo impasse de su alineamiento con el gobierno del Frente de Todos.

Memoria y balance

La mesa ejecutiva de la Federación aprobó por unanimidad una propuesta de memoria que había elaborado la secretaría general (PCR) incorporando un conjunto de observaciones y agregados formuladas por la oposición (Agrupación Naranja), que versaban sobre la autonomía de la Federación y algunas críticas a la política del gobierno nacional.

No obstante, y pese a sus 40 páginas, la Memoria no da cuenta de un modo mínimamente satisfactorio del conjunto de los debates y conflictos que recorrieron a la docencia universitaria en el cuadro de la pandemia y del ajuste salarial de 2020/2021, en particular, la experiencia de la virtualización educativa y las luchas que se dieron contra la precarización que esta trajo aparejada y contra la presencialidad criminal que impulsaron el gobierno y las patronales, que fueron los temas dominantes del 2020 y de la primera mitad del 2021.

La Memoria tampoco daba cuenta de los debates que se dieron dentro de la Federación en contra de la creciente integración de la Conadu Histórica al gobierno, que deja como notas de color cualquier referencia a la autonomía que pudiera hacer el texto. Esto fue destacado en la intervención de Ariel Osatinsky, dirigente de ADIUNT, que cuestionó el énfasis que la Memoria ponía en las luchas que se habían dado contra el gobierno Macri (2018), invisibilizando las que se están dando hoy contra el gobierno de Fernández. En el mismo sentido, cuestionó que el pronunciamiento contra el FMI no denuncia que el gobierno actual está negociando el pago de la deuda y que ya está aplicando el ajuste reclamado por el Fondo.

A pesar de estos señalamientos, la Memoria fue aprobada prácticamente por unanimidad, con la sola abstención de 5 de los 6 congresales de la ADIUNT.

Junta electoral

El día viernes, el Congreso votó la junta electoral que organizará las elecciones que tendrán lugar en abril del 2022.

La conducción de la Federación formuló un planteo de junta electoral “unitaria” en el que los tres integrantes titulares eran representantes de las corrientes internas de ese agrupamiento (PCR, Verde y Frente Gremial). De las tres suplencias, una era para un agrupamiento de ese sector (Patria Grande); otra para la Celeste, un sector peronista de posiciones oscilantes; y la restante para la oposición representada en la Multicolor, con la promesa de una “participación plena”. A propuesta de la asamblea de AGD-UBA, se abrió un cuarto intermedio para alcanzar un acuerdo, al que finalmente no se arribó.

El planteo oficial ponía al desnudo el impasse de la conducción. Por un lado, las desconfianzas internas en un frente precario, que está golpeado por la crisis del gobierno al que apoya. Un sector de ese frente (que conduce Salta, Bahía Blanca y Chubut) llamó a votar al FITU en las elecciones pasadas. Por otro lado, la actual conducción apuesta por limitar el peso de la Multicolor, que en la última elección nacional obtuvo el 40% de los votos.

La propuesta de ocupar tan sólo una suplencia fue rechazada por el bloque opositor, que presentó la lista “Democracia Gremial”. Esta lista obtuvo 19 votos en total: 5 de AGD-UBA, 5 de ADIUNT, 2 de SITRADU, 2 de San Luis, 2 de Luján, 1 de Salta, 1 de San Juan y 1 de Bahía Blanca. El oficialismo obtuvo 63 votos y hubo 8 votos en blanco de la Celeste. Por sistema D’ Hont, el oficialismo se quedó con todos los integrantes de la Junta.

Bien mirado, el debate sobre la junta electoral puso en evidencia también la contradicción que existe entre una conducción en crisis y sin orientación en Conadu Histórica, y la necesidad objetiva, planteada por la fractura de la burocracia de Conadu Flamarique/Yasky, de poner en pie una conducción combativa del conjunto de la docencia universitaria y pre-universitaria para luchar por el salario, los derechos laborales, el presupuesto educativo, la democratización y la defensa de la universidad pública. Esto fue remarcado en las intervenciones de compañeros de ADIUNT, que señalaron la necesidad de convocar a un congreso extraordinario de la docencia universitaria, y de ADU San Luis, que expusieron el método con el que ganaron, hace más de un lustro, el pase de ese sindicato de base desde la federación burocrática a la Conadu Histórica, en abierto contraste con la política de “seducción de los disidentes con De Feo” que sigue la conducción actual.

Debate gremial

Al finalizar la votación de junta electoral, tuvo lugar un debate gremial bastante escueto. El primer Congreso presencial después de mucho tiempo, desaprovechó la oportunidad de deliberar “en vivo” sobre la monumental crisis que se desarrolla en nuestro país.

No obstante, el completo fracaso del gobierno del Frente de Todos para satisfacer las reivindicaciones populares, el hundimiento imparable de los salarios y las jubilaciones, el ataque patronal contra las conquistas populares y los preparativos cada vez más desembozados de planes represivos contra las luchas sociales, no estuvieron ausentes y fueron señalados en las intervenciones de los congresales de la oposición.

El debate sobre el acuerdo con el FMI fue central en estos planteos. El Congreso se pronunció en contra del acuerdo, pero no tomó resoluciones para poner en pie un movimiento de lucha. Algo similar ocurrió con la revisión salarial prevista para el mes de diciembre.

Desde la Agrupación Naranja-Tendencia señalamos que, ante el escenario de una mayor devaluación y del acuerdo con el FMI, que implicarán un ataque en regla contra las condiciones de vida, la clase trabajadora debe intervenir políticamente y salir a luchar de un modo decidido. Conadu Histórica, sus asociaciones de base, sus agrupamientos combativos, deben deliberar sobre la crisis en curso y comenzar a discutir y organizar la perspectiva de un congreso obrero y de la huelga general.

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