Mendoza: la burocracia sindical kirchnerista ganó el SUTE

Escribe Mariano Hermida

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En las recientes elecciones del principal sindicato docente de la provincia, el Frente Azul-Naranja, un desprendimiento de la vieja lista celeste, resultó ganador con más del 46% (6 mil votos). El frente FURS que integraban cinco agrupaciones de izquierda y que había recuperado el sindicato en 2017, perdió la conducción quedando tercero con el 15,2%.

La elección se transformó en una cuestión “de Estado”. El director general de Escuelas, José Thomas, afirmó que esperaba la “renovación” de la conducción para avanzar en una (contra) reforma educativa. Apenas electa, Carina Sedano (sec gral), contestó que pondrá al sindicato a participar en común con el gobierno del macrista Suarez. “Lo que se vaya a cambiar o a modificar se va a hacer con el concurso de los trabajadores. Somos quienes vamos a garantizar que esa ley nos represente” (Los Andes, 16/12).

División de la izquierda

El Frente de Unidad por la Recuperación del SUTE terminó despedazado en cuatro partes. Por un lado, la Marrón y la Bordó (PTS) se presentaron como “FURS”. La Lista Rosa, del PO (o) terminó presentándose por su cuenta y resultó última con el 3,5 % de los votos. La división es atribuida de parte de ambos bandos a no privilegiar la “unidad”, pero no han sido explicados los motivos políticos de la diferenciación. El PO (o) denuncia en Prensa Obrera (7/12) una disputa meramente por los cargos e incluso que la junta electoral, integrada por la marrón y la bordó los quiso proscribir de la elección. Por su parte, la lista Verde (PCR), que también integraba el FURS, terminó en una alianza con la vieja conducción del PJ en el frente Celeste-Verde y salió segunda con 3 mil votos.

La campaña electoral de la lista Marrón-Bordó (FURS) fue abiertamente de componenda con el kirchnerismo en post de la “unidad” para enfrentar a la “derecha” de Juntos por el Cambio. Mirtha Faget, candidata a secretaria general declaró al diario Los Andes (15/12) que “Independientemente del resultado de las elecciones, creemos que es fundamental la unidad de todas las agrupaciones del sindicato para ir a dar una verdadera lucha al Gobierno para lograr recuperar el salario”.

En 2017, la lista celeste había perdido el sindicato, luego de dirigirlo durante más de 20 años. Tras haberse impuesto el “ítem aula” (salario diferenciado por presentismo), perdió el sindicato a manos del FURS que capitalizó las tendencias de lucha de la docencia por sus condiciones de trabajo y la bronca por la entregada de la burocracia.

En el período 2020-21, bajo la conducción del FURS, sin embargo, la mayoría de la Comisión Directiva aceptó paritarias a la baja, generando un amplio descontento en una base importante de activistas.

Por otro lado, el ex secretario general, Sebastián Enriquez, a raíz de una denuncia pública por abuso fue apartado “preventivamente” de su cargo. Luego de una investigación en que la justicia lo sobreseyó y que la junta de disciplina que se conformó en el sindicato no encontrara elementos para continuar con su apartamiento (https://www.sute.com.ar/comunicado-sobre-la-situacion-del-secretario-general-del-sute) el compañero fue reincorporado en su cargo. La crisis que se produjo golpeó fuertemente a la principal agrupación del sindicato, la Marrón, generando el alejamiento de numerosos activistas valiosos.

En el último período, la docencia de Mendoza protagonizó luchas de gran envergadura, como la pelea contra la modificación de la ley de educación provincial, a la cuál le puso en freno con caravanas de hasta 20 mil personas en el 2020. En el 2021 protagonizó huelgas contra la presencialidad para exigir la suspensión de la presencialidad en la “segunda ola” de la pandemia.

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