Escribe Diego Toscano
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En medio de la explosión de contagios de COVID-19 y del colapso del sistema público de testeos, la obra social de la Universidad Nacional de Tucumán (ASUNT) había tomado la decisión de cerrar el Centro de Hisopados hasta fines de febrero, supuestamente para dar "vacaciones de su personal".
La decisión no podía ser más desacertada. Miles de tucumanos hacen diariamente largas colas bajo el rayo del sol para acceder a un test. Más del 50% da positivo. El gobierno busca disuadir por todos los medios que los contactos estrechos vayan a hisoparse, pero a la vez, dicta normas para sostener la presencialidad laboral que obligan a miles a ir a contagiarse y a contagiar.
Hace unos meses, y en el marco de una larga lucha del gremio docente (ADIUNT) en defensa de la vida y la salud de sus afiliados, la obra social de la UNT había puesto en funcionamiento un centro de hisopados. Los testeos en los laboratorios privados son proscriptivos para los bolsillos populares y la gran mayoría de las obras sociales no los cubre ni los reconoce. El Centro de Hisopados de ASUNT servía a los afiliados de ASUNT para abaratar el costo (ya a esta altura de la pandemia, prácticamente quincenal) de hisoparse, y a la vez, evitar las pésimas condiciones del sistema público.
El cierre del Centro de Hisopados obedecía, en realidad, a una política de ajuste que vienen llevando las autoridades de la UNT en una obra social vaciada y sin rumbo. En los últimos seis meses, ASUNT ha cambiado tres veces de autoridades (presidente, gerente, etc.) sin encontrar solución. A fines de 2021, el rectorado contrató un nuevo equipo para que se haga cargo de un ajuste contra los afiliados que, por otro lado, no logrará sacar a ASUNT de su crisis ni mejorar los servicios a los afiliados.
La rápida reacción de la ADIUNT, que organizó una protesta el lunes pasado en la puerta de la Obra Social, logró el compromiso de reabrir el Centro de Hisopados. Es un paso adelante de los que luchan por recuperar la obra social y, más importante aún, muestra que la organización y la lucha es el único método efectivo para defender la salud y la vida de los trabajadores. En el contexto de explosión de los contagios, de colapso sanitario y de la eliminación de los aislamientos y protocolos de cuidado tenemos que preparar una respuesta de conjunto.