Elecciones en Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires

Escribe Maxi S. Cortés

Tiempo de lectura: 4 minutos

Este abril se realizarán las elecciones en uno de los sindicatos más importantes del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires, la Asociación de Médicos Municipales (AMM), que agrupa 12.000 afiliados. Está planteada por primera vez, desde el retorno a la democracia, la derrota de la actual conducción de Jorge Gilardi, de extracción radical, en manos de la lista de su socio histórico, Carlos Rojo.

La burocracia sindical, el gobierno

El gobierno porteño suele designar sin concurso -a dedo- a los directores en los hospitales y otras dependencias, en acuerdo con la AMM. Por ejemplo, la antecesora de Fernán Quirós en el Ministerio de Salud. Ana María Bou Pérez, la ex ministra de Salud y antes legisladora por Vamos Juntos, es una médica del Ramos Mejía y dirigente del sector de Médicos Municipales que responde a Rojo.

La transferencia de las prestaciones del sistema de salud público a los privados ha oficiado como una fuerte política de subsidios al capital privado de la salud ejecutada por los gobiernos porteños. Esto hubiera sido imposible sin la complicidad de la AMM.

La lista del ahora opositor Carlos Rojo, de fuerte peso en hospitales y los claustros de la Facultad de Medicina de la UBA, ha logrado adherir a filiales históricas del armado de Gilardi, como los hospitales Fernández, Ramos Mejía y Durand, entre otros.

Es la segunda vez que Rojo se presenta como oposición. En 2017, su lista alcanzó el 40%. La novedad es la ruptura a último momento de otro “Gilardista”, Ricardo Solari, del Hospital Rivadavia, quien capitanea varias filiales, dándole el que podría ser un impulso decisivo a la lista de Rojo.

La paritaria de los médicos municipales, que se discutirá en marzo, interesa al conjunto de los trabajadores de la salud incluidos en la carrera profesional de salud de la Caba (ley 6035) porque sus condiciones de trabajo y el salario suelen fijarse en relación con la que firma AMM.

Podría ser una oportunidad para que la lista oficial de Gilardi intente contener el pase de votos hacia la lista opositora. Sin embargo, el malestar acumulado en años entre los trabajadores parece no tener punto de retorno.

Los trabajadores, la pandemia

El agotamiento de la conducción de Gilardi es expresión de un fuerte malestar entre las bases de los trabajadores por décadas de destrucción del valor de la fuerza de trabajo, es decir el salario, como así también de una marcada depreciación de la carrera médica. La precarización en las condiciones de trabajo en todo el sistema de salud público, dio un último salto con la reforma laboral del 2017.

Los problemas salariales, derechos laborales, falta de personal e insumos se han agudizado profundamente con la pandemia. Ha puesto al máximo del esfuerzo al sistema de salud y a sus trabajadores, colocando al conjunto del planeta en una crisis humanitaria. Las protestas, reclamos y asambleas tuvieron un punto máximo en la primera ola, con una multitudinaria asamblea en el playón del hospital Santojanni.

Sin embargo, la camarilla de Rojo trabajó en contra de las autoconvocatorias de los médicos y trabajadores de la salud por aumentos de salario, insumos y medidas de protección. Boicoteó el desarrollo de un movimiento de lucha en defensa de los derechos de los trabajadores, planteando en oposición un cheque en blanco a la renovación burocrática en estas elecciones.

La crisis de la oposición

La campaña por Rojo ha logrado arrastrar a gran parte de la base de apoyo de lo que fue la lista de oposición de lucha en el gremio, el Frente de Recuperación Gremial.

Esta lista opositora, nacida en 2001 como alternativa a la burocracia, logró cosechar un 25% de votos en su debut y sostener un caudal importante hasta el 2013 inclusive. También jugó un importante papel en la lucha contra el Colegio Médico en la defensa de una matrícula nacional. En la mayoría de las provincias, los médicos tienen matrículas de alcance provincial y tienen que pagar costosos peajes para ejercer en otras zonas.

En el 2017, la integración de la filial de AMM del Hospital Gutiérrez en manos del PCR a la lista de la burocracia de Rojo redujo el resultado electoral del FRG a un 9%. Este cuadro de retroceso se agravó fuertemente por su absoluta inacción durante la pandemia, cuando ni siquiera alentó el proceso de auto convocatorias. Parte de la izquierda que lo conforma caracterizó a la pandemia como un problema circunstancial y rechazó las medidas de aislamiento social, colocando la política del FRG en un verdadero impasse.

Es en ese contexto, que otra filial integrante del FRG, la del Hospital Álvarez se puso como objetivo integrarse al frente de Rojo lo que finalmente no se concretó. Los frentes de las listas combativas y de lucha con las de la burocracia - “cavar trincheras con la burocracia”- han sido históricamente una política de derrota para los trabajadores.

Alternativa de lucha

El posible triunfo de Rojo no significa una alternativa para superar el derrumbe del salario de los médicos ni del conjunto de las profesiones. Tampoco será una herramienta para revertir la destrucción de la carrera médica ni mejorar el convenio.

La fractura de la burocracia y la posible derrota del oficialismo tiene base en la crisis política de los partidos a los que responden, es decir el PRO, UCR y PJ. Es un poderoso síntoma de la crisis política y la posibilidad de abrir una profunda deliberación entre los trabajadores y activistas.

El sistema de salud es atravesado por la crisis humanitaria y los acuerdos con el FMI empuja a los gobiernos a un ajustazo histórico contra la población trabajadora y los servicios públicos. Los médicos y el conjunto de los trabajadores de la salud tenemos grandes desafíos.

Nuestro voto al FRG hoy, contra las listas patronales de Gilardi y Rojo debe partir de un balance y la perspectiva de construir una alternativa socialista entre los médicos de la ciudad. Con los métodos de la democracia sindical, la deliberación política y la lucha, plantearnos como norte y a atreves de coordinadoras de trabajadores de la salud y un gran congreso obrero nacional un sistema de salud que tenga como prioridad la lucha contra la pandemia, la salud de los trabajadores y no los grandes negocios capitalistas.

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